Portugal responde a la xenofobia holandesa
Los portugueses han respondido a la portada del semanario holandés dibujándoles como «guiris» que disfrutan de las playas del sur de Europa, mientras ellos trabajan en el norte. Este «basta» luso lleva años gestándose. El enfrentamiento comenzó cuando el holandés Jeroen Dijsselbloem, siendo presidente del Eurogrupo, dijo en 2017 que los países del sur de gastaban «todo el dinero en copas y mujeres». Unas palabras que causaron profundo malestar en Portugal, un país rescatado en 2011 y cuyos ciudadanos han hecho enormes sacrificios para poder superar la crisis, aplicando para ello duros ajustes y medidas de austeridad exigidas por la troika. Atravesar esa dura prueba para verse insultados por el holandés fue demasiado, y el primer ministro, el socialista António Costa, aseguró de forma contundente que Dijsselbloem debía «desaparecer». No ahorró calificativos y se refirió a sus declaraciones como «racistas, xenófobas y sexistas». Con el tiempo, los portugueses obtuvieron su victoria al concluir Dijsselbloem su mandato y verse sucedido al frente del Eurogrupo por el ministro de Finanzas luso, Mário Centeno. Pero los choques han vuelto con el coronavirus. En marzo, cuando Países Bajos sugirió investigar por qué España no tenía margen presupuestario para afrontar la crisis que abría la pandemia, Costa volvió a dar la cara afirmando que ese discurso «es repugnante en el marco de la UE». Costa volvió a la carga acusando a los líderes holandeses de ser «rehenes de populismos electorales».