«Era un hombre lleno de energía y vitalidad»
Carla Domínguez solo quiere una cosa: que alguien asuma responsabilidades por la muerte de su padre. «Mi padre regresó de un viaje del Imserso a Sanlúcar de Barrameda y empezó a sentirse con mal cuerpo. Empezó con 37 de fiebre que fue subiendo hasta llegar a 39. Le recetaron paracetamol y nolotil, pero no le bajaba y le afectó a la presión», describe. Asegura que durante días a su padre solo le atendieron por teléfono hasta que se puso realmente mal. «Tenía dificultad para respirar y se encontraba muy flojo, era incapaz de comer», recuerda. «Nos denegaron el test y dijeron que fuera o no fuera coronavirus, se quedara en casa». «Yo solo espero que alguien asuma responsabilidades porque a mi padre le dejaron morir. Temían que se colapsaran los centros hospitalarios como en Madrid y por eso no le trasladaron a uno», sostiene.