La revolución del libro
Aspecto interesante en esta obra es la revolución del libro apoyada en la alfabetización, que en Francia, avanzó al 20% en el siglo XIX. El libro adquirió enorme prestigio pero era casi inaccesible para los salarios populares. La situación mejoró gracias a la modernización de la imprenta, fabricación de papel, extensión del ferrocarril que permitía que los textos editados en París o Londres estuvieran un día después en ciudades distantes: en Gran Bretaña se llegaron a vender cientos de miles de ejemplares de las obras de Walter Scott, de las «Fábulas» de La Fontaine o de «Las desventuras del joven Werther», de Goethe. Al tiempo, la oferta de títulos creció vertiginosamente y apareció la novela por entregas.