Sánchez pactó con Aragonés al margen de Torra otra prórroga de la alarma
Prevé que a partir del 21 haya libertad de movimiento
Moncloa confirma que la mesa de diálogo con la Generalitat se reunirá en julio, «lo antes posible», como pactaron con ERC
«Estamos a punto de llegar a buen puerto». Pedro Sánchez compareció ayer desde Moncloa para trasladar un mensaje esperanzador a la opinión pública y poner un horizonte final al estado de alarma. Con los apoyos suficientes para superar el trámite parlamentario, tras cerrar un acuerdo con ERC, el presidente del Gobierno anunció su intención de pedir el próximo miércoles una «última y definitiva» prórroga. De este modo, España permanecerá sumida en la excepcionalidad hasta el 21 de junio, pero lo hará bajo unas condiciones «mucho más livianas» y de «cogobernanza absoluta» con las regiones que la componen.
Sánchez confirmó que, a partir de la fase 3, serán las comunidades autónomas quienes asuman la «máxima gestión» de la desescalada, lo que supone que –a partir del día 8 de junio– la mitad del país estará en esta situación. Serán entonces los presidentes autonómicos quienes se conviertan en la única «autoridad delegada» con toda la capacidad de decisión, quedando el ministerio de Sanidad para una mera labor de «asesoramiento».
Moncloa solo se reserva para sí, y mientras dure el estado de alarma, el control de la movilidad. Sánchez reconoció en este punto que existe una laguna, porque este instrumento constitucional es el único que puede garantizar la restricción de movimientos, por lo que a partir del 21 de junio existirá libertad de circulación entre territorios. Por ello, el presidente pidió «reforzar la coordinación entre territorios» y apeló a la «máxima prudencia» para evitar rebrotes que han surgido por conductas de ·irresponsabilidad individual».
A partir de la fase 3, por tanto, las comunidades podrán gestionar también la duración de las fases, por lo que tendrán en su mano «acelerar» la progresión o incluir algunos aspectos de fases siguientes en las anteriores. Los territorios más retrasados en la desescalada como son Madrid, Castilla y León o el área metropolitana de Barcelona llegarán a la
fase 3 el 21 de junio, coincidiendo con el final del estado de alarma, por lo que adelantará la libertad de movimientos entre provincias, que con la evolución natural entre fases no se preveía hasta julio.
A esta libertad de movimientos y al retorno a la «nueva normalidad» condicionó el presidente la reunión de la «mesa de diálogo» con la Generalitat. Tras acordar su abstención en la sexta prórroga del estado de alarma y pese a no figurar en la redacción del pacto, desde ERC se trasladó que en Moncloa se habían comprometido a reactivar el foro de interlocución bilateral «cuanto antes». «Si cuanto antes es julio, será en el mes de julio», confirmó el propio Sánchez. Los votos de los soberanistas hacen que sean intrascendentes los de Ciudadanos para esta votación. El presidente evitó poner en valor las negociaciones con los naranjas y se limitó a reseñar que se mantiene abierto el diálogo con todos aquellos partidos que no han rechazado el estado de alarma, en alusión a PP, Vox y la CUP. El pacto con Bildu de hace dos semanas complicó el escenario al Gobierno, pero el propio Sánchez en una conversación informal con periodistas confirmó que el presidente de la Patronal, Antonio Garamendi, se volverá a sentar en la mesa del diálogo social «sin problemas» en los próximos días.
Más fuegos ha tenido activos esta semana el Ejecutivo. El presidente mostró su «total apoyo» a Fernando Grande-Marlaska y defendió que la Guardia Civil «es un cuerpo muy complicado» y él tiene «derecho a montar su propio equipo». Más crítico fue con Pablo Iglesias, a cuenta de su actuación esta semana en la comisión para la reconstrucción en el Congreso, en la que tuvo un agrio enfrentamiento con Espinosa de los Monteros. Sánchez pidió «mantener a raya el virus de la confrontación» y aseguró que el vicepresidente debió haber evitado «entrar en la provocación» porque tiene una responsabilidad mayor como miembro del Ejecutivo. En Moncloa existe malestar por esta actitud de Iglesias, aunque Sánchez evitó darle más importancia asegurando que no le había llamado para pedirle explicaciones y que con las disculpas que éste pidió el viernes, le bastó. Frente a este tono de reprimenda, el presidente quiso poner en valor el trabajo del doctor Fernando Simón y del ministro de Sanidad, Salvador Illa, que «nunca se han dejado arrastrar por la provocación» a pesar de «haber soportado las peores descalificaciones y los insultos más mezquinos».
formó a Torra y Torra se dio por informado. No le recriminó en persona a su vicepresidente el acuerdo. Lo hizo minutos más tarde a través de un comunicado en el que afirmó que el Govern no se sentía vinculado por el acuerdo de ERC, como se encargó de recordar en la Conferencia de Presidentes. Los de ERC aguantaban el aliento porque no conocían cual era la posición de Torra «puede decir cualquier cosa», comentaban fuentes cercanas a ERC.
El partido republicano está convencido de que ha recuperado la bandera de la centralidad, la que le abrirá el camino para liderar el independentismo. «Torra no puede decir que no a lo acordado», sentencian. Según el documento entre PSOE y ERC, Cataluña gestionará la desescalada, los fondos de reconstrucción europeos o la renta básica –reivindicación que hacen suya también Galicia y Andalucía– además de cambios legislativos que eviten de nuevo la implantación del estado de alarma para luchar contra un rebrote. Y han impuesto que esta sea la última prórroga, porque sin estado de alarma la mesa de negociación con Cataluña se convocará de nuevo. Todo apunta para la primera quincena de julio. A cambio, ERC vuelve a la mayoría, vuelve a ser referente en Madrid, con su abstención a la nueva prórroga.
De momento, Torra se cree presidente. Tanto que esta semana tras el anuncio del cierre de Nissan «exigió» una reunión con la empresa al más alto nivel. No consta que la multinacional nipona se haya impresionado con la exigencia. Muy diferente esta actitud con la de Aragonés, que desde su Vicepresidencia se trabaja codo con codo con el Ministerio de Industria para buscar alternativas a Nissan, porque «lo de Nissan es irreversible. Hemos de ser imaginativos».
En esta línea, alejada de los aspavientos de Torra, dieron el sábado una vuelta de tuerca a la situación. Volvieron al acuerdo con el PSOE para ser «decisivos» en Madrid y para recuperar la bandera en Catalunya. El comunicado de ERC no deja lugar a dudas «el Gobierno español, formado por PSOE y Podemos, se ha visto forzado a replantear su postura después del toque de atención de los republicanos en la negociación fallida por la prórroga». Todo vale para estar en la «pole position» electoral.