Paisajes después de una batalla
La violencia desatada en las calles tras la muerte de George Floyd en un episodio de brutalidad policial en Mineápolis se ha extendido sin control por el país. El caos es un hecho. Cientos de detenciones, cargas policiales, incendios y múltiples toques de queda en las principales ciudades configuran una estampa de revuelta civil. La Guardia Nacional de EEUU ha confirmado la movilización de 5.000 efectivos en 15 estados y el distrito de Columbia, donde se encuentra la capital, Washington D.C., para contener los disturbios. La situación fue especialmente crítica en la urbe donde ocurrió la tragedia. Policías y militares tomaron ayer el control de Mineápolis con fuertes cargas contra quienes desafiaron el toque de queda y los periodistas que cubrían las protestas tras cuatro noches de rebelión racial. Los cuerpos de seguridad cumplieron a rajatabla las indicaciones del gobernador de Minesota, el demócrata Tom Walz, que había prometido responder con «fuerza abrumadora» a aquellos que osasen quedarse en las calles después de las 20.00.