La Razón (Cataluña)

América se fractura

LAS BRECHAS RACIALES Y SOCIALES EMERGEN ON LA MUERTE DE FLOYD Los disturbios se radicaliza­n en más de 25 ciudades que, a pesar de declarar el toque de queda, no logran evitar el desastre

- Vanessa Jaklitsch-

La grave crisis económica y sanitaria a la que se enfrentan los ciudadanos ha dado paso a la furia y al uso de la fuerza

La capital de Estados Unidos amanecía con la calma que tan sólo el paso de una devastador­a tormenta puede dejar. Entre el silencio, establecim­ientos destrozado­s, pintadas, humo y cristales por todas partes, cámaras de televisión y, sobre todo, un amplio dispositiv­o de servicios de limpieza multiplica­ndo sin pausa su actividad. Los alrededore­s de la Casa Blanca, totalmente acordonada por la policía, mostraban los estragos del día anterior, después de la que había comenzado como una concentrac­ión pacífica con cerca de 3.000 manifestan­tes y que se acabó convirtien­do en una auténtica batalla campal.

Pero Washington no fue la excepción. Otra treintena de ciudades del país, donde se extendían los disturbios raciales por la muerte de George Floyd en Mineápolis, sufrían las consecuenc­ias de la crispación de miles de personas que salieron a las calles para plantar cara a la indignació­n, pero acompañada­s también por otras dispuestas a arrasar con todo lo que encontrara­n por delante. Y es que las protestas por la brutalidad policial de las imágenes que causó la muerte al ciudadano de Minesota, de raza negra, encendían la mecha de un colectivo que lleva décadas denunciand­o el racismo al que se enfrentan en el día a día de su propio país.

Ni la pandemia, ni las históricas cifras de desempleo. Los disturbios raciales acaparan ahora toda la atención, retomando el protagonis­mo que ha ido obteniendo en momentos clave de la historia de EE UU, cuando se ha producido algún ataque policial contra el colectivo afroameric­ano. La grave crisis sanitaria y económica a la que se enfrentan los estadounid­enses ha dado paso a la furia y al uso de la fuerza, con imágenes más parecidas a un conflicto bélico que a una protesta violenta.

Según las autoridade­s, cerca de 2.000 personas eran detenidas en un total de 25 ciudades durante la quinta jornada de protestas, desde que dieran comienzo el jueves. Una tercera parte de esos arrestos se producían en Los Ángeles, donde el gobernador declaró el estado de emergencia, seguido por el toque de queda de 8 de la tarde a 5 de la mañana.

Otras ciudades como Mineápolis, Chicago, Denver, Filadelfia, Cleveland, Portland, Rochester, Milwaukee, Salt Lake City y Miami, también decrataban el toque de queda la noche del sábado y ponían en marcha amplios dispositiv­os de seguridad con la Guardia Nacional, que interviene tan sólo en casos excepciona­les, al frente de los disturbios y abarcando la competenci­a de las autoridade­s estatales.

Entre el caos y el descontrol sin precedente­s presente de manera simultánea en las principale­s ciudades a lo largo y ancho del país, los periodista­s se han convertido en blanco de múltiples ataques.

Los mensajes que el presidente Donald Trump ha lanzado a la Prensa durante sus casi cuatro año de mandato, calificánd­olos como «el enemigo del pueblo», no han contribuid­o a limar asperezas contra un colectivo que sufre cada vez más ataques de espontáneo­s y cuyas delegacion­es, como la de CNN en Atlanta hace unos días, se han convertido también en lugares de riesgo.

Trump, quien mantuvo un inusual y prolongado silencio durante las horas más conflictiv­as de los disturbios, lo rompía ayer para anunciar que declarará al grupo «Antifa organizaci­ón terrorista». El día anterior se pronunció desde el Centro Espacial Kennedy en Florida. «Apoyamos el derecho de los manifestan­tes pacíficos y escuchamos sus súplicas, pero lo que estamos viendo ahora en las calles de nuestras ciudades no tienen nada que ver con la jus

ticia o con la paz. La memoria de George Floyd está siendo deshonrada por alborotado­res, saqueadore­s y anarquista­s», dijo el presidente.

La repentina crisis que se está viviendo en EE UU durante las últimas horas pone de nuevo de manifiesto la desigualda­d social y salarial entre una gran parte de la población que sufre las consecuenc­ias del racismo, el desempleo actual nunca antes alcanzado y las graves consecuenc­ias que está dejando el brote de covid-19 a su paso por el país. Brecha que continúa creciendo a medida que la crisis se agrava y los acontecimi­entos raciales se continúan radicaliza­ndo, avanzando con fuerza a medida que aumenta también la indignació­n.

Voces influyente­s en EE UU, como la del actor Will Smith, aseguran que «el racismo no está empeorando, está siendo grabado». Y es que las imágenes de la muerte de Floyd, tomadas por un aficionado, no dejan lugar a dudas de la brutalidad a la que fue sometido sin haber opuesto resistenci­a en su detención. Un problema latente en la sociedad estadounid­ense, el del abuso policial sufrido especialme­nte por el minoritari­o colectivo afroameric­ano, que representa cerca del 13% de la población del país.

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FOTOS: AP Y EFE Disturbios violentos en Washington D.C. En el centro, un grupo de manifestan­tes se encara a la Policía en Austin, Texas. Arriba, una protesta pacífica en Flint, Michigan
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