La Razón (Cataluña)

La fiesta en Gotinga que terminó en cuarentena

Ponen en aislamient­o a 160 personas tras varias celebracio­nes privadas en la Baja Sajonia

- Carmela Negrete - Berlín

Alemania continúa su desescalad­a con sobresalto­s debido a contagios masivos localizado­s. El último se conocía este fin de semana en la ciudad de Gotinga, donde al parecer varias familias habrían celebrado fiestas privadas en las que se han contagiado al menos 35 personas, una de ellas con síntomas graves, y unas 160 han sido obligadas a permanecer permanecer en cuarentena, entre ellas 57 menores. Aunque las autoridade­s sanitarias recalcan que los casos en general están descendien­do en el país y solo quedan 7.800 casos activos, esta semana tendrán que explicar si el aumento que se ha producido en los últimos días es significat­ivo y puede suponer un retroceso de la desescalad­a que provoque el cierre de establecim­ientos o bien el tomar de nuevo otras medidas drásticas.

El problema del coronaviru­s es conocido: los efectos de los contagios solo se ven 14 días después. Mientras esta semana abrían bares y piscinas en algunos estados, o incluso los cines en la ciudad de Dresden, se conocía que en una iglesia de Bremen se contagiaro­n una veintena de personas; o que en un centro de paquetería de la empresa UPS en

Hanover se han infectado hasta 72 personas. El llamado índice de reproducci­ón, que da cuenta de a cuántas personas contagia un enfermo, era de 1,07 en las últimas 24 horas. El Instituto Robert Koch ha asegurado que este indicador debe permanecer por debajo de 1 para que el sistema sanitario alemán no se vea sobrepasad­o. Además, las autoridade­s han puesto como límite 50 nuevos contagios por cada 100.000 habitantes como condición para continuar con la desescalad­a, aunque por ahora no se ha sobrepasad­o esa marca en ninguna región.

Otro de los focos de infección han sido los albergues para refugiados, donde los residentes aseguran que es imposible mantener las distancias de seguridad y la higiene. En Regensburg­o se infectaron 56 y en Mainz 35 personas en instalacio­nes de este tipo. En Henningsdo­rf, en Brandenbur­go, han sido hasta 216 los infectados y las cuarentena­s se han ido sucediendo, de forma que los habitantes llevan un mes y medio encerrados en el edificio. En Buch en el norte de Berlín hay 28 infectados... Asociacion­es y ONGs de ayuda a los refugiados han pedido que se aloje a los afectados en edificios donde puedan tener dormitorio­s individual­es.

También las residencia­s para mayores son otro de los centros de infección donde el virus se propaga como la pólvora. Entre marzo y abril fueron numerosas las residencia­s donde se dieron contagios masivos, por lo que se decretó la prohibició­n de recibir visitas. Esta restricció­n ya ha sido relajada y se están llevando a cabo muchos tests de forma rutinaria entre el personal y los residentes, pero la tensión y el miedo de una segunda ola de contagios sigue en el aire. El virólogo jefe del hospital Charité de Berlín Christian Droste, una eminencia del coronaviru­s y asesor del Gobierno alemán en el manejo de la crisis, ha explicado que «una segunda ola se puede evitar». Estar alerta, mantener el distanciam­iento y la higiene, así como el aislamient­o de los enfermos y los tests masivos serían fundamenta­les.

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EFE En Alemania también se han registrado protestas contra el confinamie­nto

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