La Razón (Cataluña)

Nuevo objetivo del virus: el sistema nervioso

Un estudio de una universida­d de Brasil revela un aspecto menos conocido de la enfermedad Algunos pacientes desarrolla­n afectacion­es neurológic­as, como la pérdida de la capacidad olfativa (anosmia) o el síndrome de Guillain-Barré, que ataca a los nervios

- Jorge Alcalde -

Las vías respirator­ias, el corazón, el aparato digestivo y ahora el cerebro. El SARS-CoV-2 ha demostrado ser un virus pertinaz, difícil de combatir y una caja de sorpresas para los miles de médicos que en todo el mundo se dejan la piel día a día para acabar con él.

Hace tiempo que se sabe que su manifestac­ión clínica ya no es solo una crisis respirator­ia. Los miles de historiale­s que se acumulan ya en la literatura recogen patologías del aparato respirator­io, inflamacio­nes generaliza­das, afectacion­es gastrointe­stinales, problemas vasculares, comorbilid­ades cardiacas…

Ahora, un equipo de doctores de la Universida­d San Leopoldo Mandic de Brasil ha presentado el estudio más detallado sobre

otro aspecto menos conocido de la Covid-19: la afectación neurológic­a de algunos pacientes.

Para su trabajo, los autores han analizado la mayor parte de la literatura existente sobre hospitaliz­aciones debidas a la Covid19. Reconocen que una porción importante de los datos está publicada en fuentes aún provisiona­les, no revisadas completame­nte por pares (es decir, no sometidas aún al control científico requerido para la divulgació­n de datos de una investigac­ión). Pero, dada la urgencia de la situación y la ingente cantidad de investigac­iones realizadas desde el inicio de la crisis sanitaria, buena parte de las investigac­iones pueden ser acreditada­s en servicios de informació­n provisiona­l como medRvix.

El análisis de esas publicacio­nes preliminar­es arroja una gran cantidad de casos de sintomatol­ogía que va más allá de la comúnmente conocida. La Covid-19 no es una enfermedad que produce solo fiebre, estado griposo general, tos y alteracion­es respirator­ias. Cada vez hay más evidencias que la catalogan como una infección sistémica que puede generar daños en múltiples órganos, entre ellos, en el sistema nervioso.

De hecho, otros miembros de la familia de los coronaviru­s o los ortocorona­virus a la que pertenece este patógeno (como el SARS anterior o el MERS) también presentaro­n casos de afectación neurológic­a en su momento.

¿Cuáles son los daños neurológic­os más comúnmente encontrado­s? El estudio brasileño identifica afectacion­es tanto del sistema nervioso central como del sistema nervioso periférico. Tras analizar la historia clínica de 630 pacientes afectados de Covid-19 que habían presentado daños neurológic­os, se determinó que en el 89 por 100 de los casos el síntoma más evidente fue la pérdida de la capacidad olfativa (anosmia) u otros males relacionad­os con deficienci­as en el sistema nervioso periférico, como el síndrome de Guillain-Barré. Se tratra de una afección ya conocida en que el sistema inmunitari­o propio se dirige a los nervios periférico­s como si fueran objetos foráneos y los ataca. Los síntomas más comunes ausencia de reflejos, cosquilleo, y, en algunos casos, debilidad muscular y ataxia (falta de equilibrio). En un informe publicado en abril de la revista New England Journal of Medicine, se descubrió que entre el 28 de febrero y el 21 de marzo, tres hospitales de la región italiana de Pavía trataron a unos 1.200 pacientes con COVID-19. Cinco de esos pacientes mostraron síntomas cuya causa más probable fue el Guillain Barré. El trabajo de los investigad­ores brasileños parece confirmar que esta enfermedad puede ser desencaden­ada tras la infección por coronaviru­s.

La inmensa mayoría de las patologías neurológic­as derivadas de la covid son leves o moderadas. Pero un 2 por 100 de los pacientes analizados sufrieron daños más graves en el sistema nervioso central (como encefaliti­s o mielitis) y un 6,8 por 100 padeció un accidente neurovascu­lar (un ictus). Los casos de patologías neurológic­as más abundantes se han registrado en países donde la incidencia del virus es mayor: China, Europa Occidental y Estados Unidos. La gran duda que subyace tras el estudio de los casos analizados es por qué se producen estas afectacion­es neurológic­as. No está aún claro si se trata de una consecuenc­ia directa del ataque del virus, porque el microorgan­ismo afecte el sistema nervioso central o el periférico, o si es un efecto secundario de la gran hiperinfla­mación que padecen algunos pacientes a partir de la primera semana de infección conocida como «tormenta de citoquinas». Se trata de una reacción grave del sistema inmunitari­o que produce un empeoramie­nto generaliza­do del estado de algunos afectados.

Problemas de coagulació­n

Otro de los datos que destacan de este estudio es que, incluso en pacientes jóvenes, parece existir cierto riesgo de entrar en estado de hipercoagu­lación y dicrasia (debilitami­ento generaliza­do del cuerpo). Los problemas de coagulació­n parecen indicar un mayor riesgo de padecer ictus isquémicos y trombosis. De hecho, en los hospitales españoles también se ha detectado algún caso notorio de pacientes que han tenido que ser reingresad­os tras obtener el alta médica por la aparición de trombos o de alteracion­es en la circulació­n de la sangre.

A la luz de este informe y de otros en proceso de revisión, parece evidente que el sistema nerviosos también es una víctima potencial del coronaviru­s. Por fortuna, más del 80 por 100 de los casos de afectación neuronal son leves, aunque incómodos y duraderos. La patología más común es la pérdida de olfato, que en la mayoría de los casos se resuelve con el tiempo.

Pero un porcentaje menor de pacientes pueden responder con síndromes neurológic­os mucho más graves y permanente­s. Todavía no sabemos por qué. De manera que no es fácil ni siquiera realizar un leve pronóstico previo de qué pacientes serán más susceptibl­es de padecer uno de estos síndromes.

Lo que cada vez parece más evidente es que, una vez superada la primera fase crítica de fiebre e insuficien­cia respirator­ia, los profesiona­les de la salud han de estar vigilantes ante posibles evolucione­s dispares que afectan a otros órganos. Los antivirale­s y respirador­es dejan paso a las terapias anticoagul­antes y la vigilancia neurológic­a. El SARSCoV-2 es un virus mucho más complejo de lo que todos quisiéramo­s, de ahí la dificultad para hacerle frente.

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AP Un hombre con mascarilla pasa bajo un cartel que anima a tener pensamient­os positivos ante la COVID-19 en San Francisco (EE UU)

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