Joaquín de Bélgica pide disculpas tras su fiesta en Córdoba
Ha sido el culebrón de la desescalada en Córdoba. El príncipe Joaquín de Bélgica reconoció ayer que no había «respetado todas las medidas de cuarentena» durante su viaje a España que acabó en una fiesta y más de una veintena de personas aisladas y pidió «disculpas» por ello.
A través de un escrito, el miembro de la Familia Real belga, de 28 años, afirmó que se arrepentía «profundamente de sus actos» y que aceptaba «sus consecuencias».
En un único párrafo, escrito tanto en español como en inglés, Joaquín de Bélgica sostuvo que «en estos momentos difíciles», no pretendía «ofender ni faltar el respecto a nadie».
El príncipe no hizo ninguna otra consideración sobre las circunstancias que rodearon la mencionada fiesta ni sobre que ha da dado positivo en un test PCR por Covid-19, lo que ha obligado a la cuarentena de él mismo y otras veintiséis personas.
La Junta de Andalucía comunicó el pasado viernes a la Subdelegación del Gobierno el caso, que investiga ya la Policía Nacional.
Una «irresponsabilidad»
En concreto el presidente del Gobierno autonómico, Juanma Moreno, criticó la «enorme irresponsabilidad» que suponen reuniones como ésta que se analiza en Córdoba y señaló que «ese tipo de comportamientos no se pueden volver a repetir», ya que ponen en peligro a los protagonistas, a sus familiares y al «conjunto de la sociedad».
Fueron fuentes del Palacio Real belga las que confirmaron a Efe en Bruselas que el príncipe Joaquín, hijo de la princesa Astrid y el príncipe Lorenzo, se había desplazado a España el pasado 24 de mayo en un vuelo comercial y con un permiso de entrada en el país, pese a las restricciones por la pandemia, debido que realiza unas prácticas empresariales allí. El joven tiene una relación desde hace años con la española Victoria Ortiz.