Antifa, la extrema izquierda que agita el odio al sistema
Acusa a esta amalgama de grupúsculos anarquistas de instigar los actos vandálicos Trump quiere declarles grupo terrorista
Como siempre que se desatan disturbios raciales en Estados Unidos florecen las acusaciones que apuntan a la existencia de grupos organizados, que diseñan o fomentan los incidentes más graves. En palabras del gobernador de Wisconsin, Tim Walz, «tenemos razones para creer que los malos continúan infiltrándose en las protestas legítimas por la muerte de George Floyd». El fiscal General de EE UU, William Barr, publicó el domingo un comunicado donde avisa de que actuará contra «los agitadores violentos agitadores que han secuestrado unas protestas pacíficas y están involucrados en violaciones de la ley federal». «La violencia instigada y llevada a cabo por ‘‘Antifa’’ y otros grupos similares en relación con los disturbios es el terrorismo doméstico», añade, «es y será tratada en consecuencia». En Nueva York los principales responsables de la Policía hablan de grupos de anarquistas. Gente violenta, bien pertrechada, que habría preparado los actos vandálicos. John Miller, comisionado adjunto de Inteligencia y Contraterrorismo de la policía, ha explicado que una prueba a su juicio evidente de que estamos ante algo más que simples protestas espontáneas es la procedencia de los detenidos.
En Nueva York uno de cada siete sería de fuera del Estado. En opinión de los investigadores neoyorquinos grupos no identificados diseñaron la táctica, que incluía tanto las rutas de escape, los puntos elegidos para chocar con las fuerzas del orden e incluso el suministro botellas, rocas, botellas y líquidos combustible. También se refirió a que los integrantes de estas organizaciones utilizan canales de comunicación protegidos, para impedir que pueda rastrearse la identidad de los instigadores. Trump ya ha señalado a los grupos antifa, contracción de antifascistas, una amalgama de grupúsculos de todo tipo, unidos generalmente por su denuncia violenta del sistema y su propensión a figurar en todos los altercados callejeros de los últimos años.
Pero en opinión de Mark Bray, autor del libro «Antifa: The AntiFascist Handbook», no hay un grupo como tal y sí una constelación de organizaciones minoritarias, sin vinculación formal con las organizaciones sociales más conocidas. Sí, miembros de estos colectivos han sido vinculados y/o han aparecido en protestas organizadas y secundadas por «Black Lives Matter» y otros, pero su protagonismo siempre habría sido más mediático que real. En un artículo publicado por el diario de la capital «Washington Post», Bray argumenta que si bien algunos de estos grupos han participado de formas distintas en los incidentes «imposible determinar el número exacto de personas que pertenecen a grupos antifa porque los miembros esconden sus actividades políticas de la Policía y la extrema derecha» y el miedo a ser infiltrados hace que «el tamaño de los grupos bastante pequeño». Para Bray «no hay suficientes anarquistas y miembros de grupos antifa como para haber logrado un nivel de destrucción tan impresionante por su cuenta».
El movimiento ha sido muy criticado tanto por las élites de izquierda como de derecha. Después de las protestas en Berkeley de 2017, la presidenta Nancy Pelosi denunció «las acciones violentas de personas que se hacen llamar antifa» y dijo que deberían ser arrestadas.
En cambio, la legisladora demócrata Alexandria Ocasio-Cortez se preguntó por qué el FBI no trata a los supremacistas blancos, simpatizantes de Trump, también como terroristas.
El fiscal general acusa
«La violencia instigada por los ‘‘Antifa’’ y otros grupos es el terrorismo doméstico y será tratada como tal» Más allá del movimiento Un experto asegura que no hay tantos anarquistas en EE UU como para provocar este «nivel de destrucción»