LA PINTORA QUE HIZO DE LA CRUELDAD ARTE
NoNo es la primera vez que esta novela se publica en España. «Artemisia», de Anna Banti, fue el libro con el que Diana Zaforteza inició la andadura de su editorial Alfabia y que ahora, muchos años después, Periférica recupera con la misma y excelente traducción de Carmen Romero. Publicada originalmente en italiano en 1947, la autora tuvo que reescribir de memoria el manuscrito, pues lo había destruído en 1944, cuando los nazis bombardearon Florencia. Casada con el crítico de arte Roberto Longhi, que en un ensayo de 1916 había redescubierto la figura de la pintora Artemisia Gentileschi, Banti se había interesado no solo por la obra, sino también por la vida de esta mujer del periodo barroco y cuya intensa biografía era prácticamente desconocida o, mejor dicho, había sido silenciada.
Así, en un tono cadencioso, amable y a veces feroz, Anna Banti, con una escritura atenta a los sentidos, que se detiene en los detalles, se pone en el papel de una pintora que vivió hace más de trescientos años y le da voz a una mujer a la que no le resultó fácil vivir en los tiempos en que le tocó vivir. Hija de Orazio Gentileschi, contemporáneo de Caravaggio, a los diecisiete años fue violada por Agostino Tassi, su profesor de pintura y, además, amigo de su padre, tras lo cual fue sometida a un juicio posterior por estupro.
Artemisia Gentileschi, valiente y tenaz, no se amilanó sen ningún momento y volcó en su arte no únicamente la violación que había sufrido, sino que, además, en sus lienzos, hizo visible a muchas otras mujeres que también habían sido víctimas de la violencia masculina. Mujeres como Judit, Susana, Betsabé, Lucrecia, Cleopatra y María Magdalena y que, bajo la mirada penetrante del arte de la protagonista, adquieren una dimensión diferente, tan incómoda para aquella época como para la época actual.