Los interrogantes del vertedero de Zaldibar
Los cuerpos de Joaquín y Alberto siguen sepultados Hay dos informes en marcha para averiguar las causas del deslizamiento y desde Europa también investigan a la empresa y la actuación del Gobierno vasco
Se cumplen cuatro meses desde que la tierra, súbitamente, se desprendió del vertedero de Zaldibar, tragándose a dos operarios: Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze. En todo este tiempo, pese a los intentos de los equipos de rescate por encontrar sus cuerpos, aún permanecen sepultados y en la escombrera continúan los trabajos de estabilización del terreno. Cuando se cumplen 121 días de esta tragediamedioambiental y humana, LA RAZÓN analiza las dudas e interrogantes que aún permanecen sin resolver.
1. La búsqueda continúa
Durante el estado de alarma, pese a que el Ejecutivo central ordenó suspender todas las actividades no esenciales, las labores de asentamiento y de descarga de materiales continuaron, aunque a un ritmo más lento. Desde hace meses, los encargados del operativo trabajan principalmente en lo que se conoce como sector B1, es decir el lugar en el que estaba situada la báscula y donde se cree que podían encontrarse los cuerpos de Joaquín y Alberto en el momento del colapso de las instalaciones de Verter Recycling. Es aquí donde se actuó con más intensidad aquel 7 de febrero pero donde los trabajos tuvieron que suspenderse por las dificultades del terreno, el hallazgo de amianto y los posteriores incendios que se declararon. De hecho, los problemas para estabilizar la zona alta de la escombrera obligaron a ralentizar los trabajos. Un poco más abajo, en el sector B2, apareció hace casi dos meses el vehículo de Sololuze. Todo apunta a que el alud posterior los trasladó hasta ese punto. El cribado y la extracción de residuos en ese punto ya han finalizado; también en la sección B3, la más próxima a la carretera, por lo que todos los esfuerzos se sitúan en sector B1.
2. Coste de los trabajos
Según reconoció el consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vi vi en da,IñakiArrio la, en una entrevista en Radio Euskadi cuando se cumplieron los tres meses de la desgracia, el Gobierno vasco gastó hasta entonces 9 millones en los trabajos de estabilización del terreno de la instalación hundida y en las labores de búsqueda de los cuerpos de los dos trabajadores sepultados.
3. Responsabilidad de la empresa
Verter Recycling tendrá que aclarar ante los Tribunales sus responsabilidades en la causa judicial abierta por una juez de Durango por dos delitos laborales y medioambientales. No obstante, el Gobierno vasco contaba con antecedentes sobre prácticas irregulares en el vertedero de Zaldibar y permitió que continuará con su actividad. Durante la comisión de investigación,celebra da días después del trágico accidente, el Departamento de Medio Ambiente, dirigido por Iñaki Arriola, reconoció que en junio de 2019 se detectaron varias irregularidades «menores». Además, justo tras el derrumbe del pasado 6 de febrero, la viceconsejera Elena Moreno confirmó que se estaba tramitando un expediente para sancionar a la empresa tras advertir de que no habían solucionado ninguno de los incumplimientos detectados. Sin embargo, en 2012, apenas un año después de iniciar su actividad, fue sancionado con 33.000 euros por almacenar de forma temporal tierras contaminadas con PCB, para lo que no estaba autorizado, y que, en la última de las siete inspecciones de las que ha sido objeto –el pasado mes de junio–, le fueron detectadas un total de 23 desviaciones.
4. Permisos de la empresa
El vertedero comenzó su actividad en 2011 con la catalogación de depósito de residuos industriales no peligrosos e inorgánicos, pero según todos los indicios y los testimonios de transportistas y vecinos en su interior se depositaba todo tipo de residuos, desde basura orgánica a plásticos y maderas. Según aseguran los vecinos, el trasiego de camiones era constante. De hecho, las cuentas de la empresa, que se hicieron públicas tras el derrumbe, reflejan que la actividad de las escombrera se disparó en los últimos años. Si en 2011 facturó 30 millones en sus primeros seis meses de actividad, en 2016 su ebidta se incrementó un 60%. Además, pasó de recibir 120.000 toneladas anuales a las 500.000 de 2019, hasta el punto de que, justo antes del derrumbe, ya estaba al límite de su capacidad cuando su vida útil se calculaba para 2046.
5. Investigación europea
A través del comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevcius, la Unión Europea
se ha mostrado« preocupadapor el trágico accidente mortal ». Pero va más allá y apunta a la existencia de posibles «importantes deficiencias en el funcionamiento del vertedero», algo que, según considera, las autoridades competentes o los órganos jurisdiccionales deberían haber «detectado, vigilado y, en última instancia, sancionado» para evitar que ocurriera algo así. En referencia a la posible responsabilidad por parte de la empresa, la UE recuerda el principio de «quien contamina paga». De haberse producido daños, sería Verter Reciclyng la responsable de la reparación de los daños naturales y, por tanto, debería asumir sus costes. «En vista de la gravedad del caso, la Comisión va a examinarlo y a contactar con las autoridades españolas a este respecto» para pedirles explicaciones, concluye.
6. Responsabilidad del PNV
¿Quién es el responsable de la tragedia? El Gobierno Vasco ha encargado dos informes. Uno investigará las causas del deslizamiento, con expertos en geología y dinámica de masas.
El otro es una auditoría externa que –entre otras cosas– comprobará si el seguimiento institucional sobre las condiciones del vertedero fue eficaz. Hasta finales de año no se sabrán las conclusiones de sendos informes. Lo que si sabemos es que la gestión de la crisis por parte del PNV ha estado llena de fallos e incapacidad para asumir las responsabilidades y veremos si tiene un coste electoral en los próximos comicios de julio.