Miles de personas se saltan la seguridad en las marchas contra el racismo
Falta de distanciamiento social en las protestas Barcelona y Madrid protagonizan marchas contra la muerte de George Floyd. Colau arengó a los participantes pese a que ponían en riesgo la salud
Barcelona, igual que otras muchas ciudades españolas y europeas, se sumó ayer a las manifestaciones convocadas contra el racismo y la muerte de George Floyd a manos de la policía en Estados Unidos. Si bien, en plena pandemia, la imagen de la plaza de Sant Jaume abarrotada con más de 3.000 personas no es precisamente una estampa idónea: de ahí que surgieran las críticas a Ada Colau, que ensalzó la movilización, pero pasó por alto las aglomeraciones..
En un mensaje a través de las redes sociales, la alcaldesa de Barcelona condenó el racismo y adjuntó imágenes en las que se apreciaba claramente que no se respetaban las medidas de distanciamiento social en la movilización. «Barcelona quiere ser una ciudad antirracista. Por eso, primero hay que reconocer que en nuestra sociedad también hay racismo transversal, incluido racismo institucional. Gracias a las que hoy os habéis manifestado para llevar el mensaje», escribía.
Acto seguido, el concejal del PP, Óscar Ramírez, recriminaba a Colau que le importara «tres pimientos» las medidas de distanciamiento social. «¿Qué explicación le dará a comerciantes, restauradores y hosteleros que no pueden abrir por respetar las normas de la administración? ¿Eso también es racismo institucional?», planteaba Ramírez. Lo cierto es que, precisamente, estos colectivos han protagonizado un aluvión de críticas durante estos meses contra Colau por las pocas facilidades que ha dado para los negocios durante la etapa de la pandemia.
En cualquier caso, la marcha transcurrió sin incidentes y congregó a más de 3.000 personas, según datos de la Guàrdia Urbana, de las cuales la gran mayoría portaban mascarilla e iban vestidas de negro. La protesta se desarrolló entre las 11 y las 12.30 horas bajo el lema «Las vidas negras importan». Organizada por la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente de España (CNAAE), las acciones de protestas se replicaron por otros puntos de España, también en Madrid, donde también se registró una importante aglomeración.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Vox cosecharon multitud de gritos en contra. «Donald Trump es un criminal» o «Trump y Vox la misma mierda son» se pudo oír ayer en la marcha en la capital catalana, que también dirigió consignas contra las dificultades para la regularización regularización de las personas inmigrantes: «Ninguna persona es ilegal»; «Papeles para todos»; o, «La ley de extranjería mata gente cada día».
Durante el acto también se leyó un manifiesto en recuerdo de Floyd, que murió asfixiado por un policía en Minnesota, pero también cargado de críticas contra la «clase política», tanto de izquierdas como de derechas, que ha ignorado las demandas del colectivo. «Las vidas negras importan, no pararemos hasta erradicar el racismo estructural de nuestras sociedades. Verdad, justicia y reparación. Poder negro», rezaba el documento.
«La comunidad negra, africana y afrodescendiente de España, personas del pueblo gitano, de Abya Yala, magrebíes, árabes, musulmanas y asiáticas, junto con el resto de personas aliadas antirracistas, sabemos que este asesinato (de George Floyd) no es una cuestión puntual, sino que responde a la violencia histórica y estructural a la que son sometidas las personas negras en Estados Unidos». «Esta situación de la comunidad negra en el mundo es una herencia directa del periodo de esclavización, secuestro y comercio de personas negras, del colonialismo y del neocolonialismo», lamentaba el manifiesto leído.
Las protestas se sucedieron por distintos puntos de España –hasta en más de una decena de localidades había marchas convocadas–. Entre ellas, Madrid, donde la concentración de personas también impidió guardar las medidas de protección social y también despertó las críticas desde algunos sectores políticos, por el contraste de reacciones que se ha dado en comparación con las protestas contra el Gobierno de las últimas semanas.
Lo cierto es que la Delegación de Gobierno autorizó la marcha en la capital de España para 200 personas, pero finalmente fueron muchos más -entre 2.000 y 3.000 personas–. La protesta estaba convocada frente a la embajada de Estados Unidos en la calle Serrano, pero finalmente se acabó desplazando hacia la Puerta de Alcalá –donde hubo una sentada– para concluir en la Puerta de Sol. Las medidas de distanciamiento social tampoco se respetaron, aunque la gran mayoría de gente iba con mascarilla.
Bilbao, Sevilla, Logroño o Murcia, junto a grandes capitales europeas, también albergaron protestas contra el racismo y la muerte de Floyd, que ha desatado una ola mundial de indignación.