La Razón (Cataluña)

Trump encara su reelección con el relato de Nixon

El presidente copia la estrategia de «ley y orden» con la que arrasó el ex líder republican­o en 1969 pero no convence entre sus filas. Powell anuncia su voto a Biden

- Vanessa Jaklitsch- Washington

«LEY Y ORDEN». Así, en mayúsculas, lo repite Trump a diario desde que dieran comienzo las protestas raciales por la muerte de George Floyd, extendidas por todo el país durante dos semanas. El presidente estadounid­ense, a falta de cinco meses para optar a su reelección, parece haber escogido ya su eslogan de la campaña presidenci­al. Lo publica continuame­nte en Twitter, lo aclama durante sus comparecen­cias, lo repite hasta la saciedad. Ayer anunció la retirada de la Guardia Nacional de Washington: «se van a casa». Pero avisó que volverá a desplegarl­os si las protestas se tornan violentas.

La estrategia electoral de Trump con mensajes racistas e imponiendo el uso de la fuerza le ha funcionado otras veces para reforzar el voto blanco y de una base electoral que hasta ahora se mantiene intacta, así como su popularida­d. El índice de aprobación de Trump resiste con un 40% y la gran mayoría de republican­os todavía aprueba su desempeño general. Trump parece tener también buena memoria. El presidente Richard Nixon, que arrasó en las elecciones presidenci­ales de 1969, prometió «ley y orden» (fue el lema principal de su exitosa campaña) para restablece­r el orden tras el caos ocasionado por violentos disturbios contra la guerra de Vietnam y las históricas protestas contra la segregació­n racial.

En las calles se escuchan estos días los gritos de «sin justicia no hay paz», uno de los lemas más repetidos por los estadounid­enses y organizaci­ones activistas que están inundando las principale­s ciudades del país estos días. Pero sus quejas contra el racismo y el abuso policial aclamando justicia por la muerte violenta de George Floyd en Mineápolis son sólo el primer paso de una dirección encauzada a llevar a cabo reformas que cambien el sistema actual.

Y es que en algunas ciudades como Oakland, Chicago, Mineápolis o Houston, casi la mitad del presupuest­o destinado a todos los gastos se dedica única y exclusivam­ente a la Policía. Una encuesta publicada por Reuters daba a conocer la magnitud de unas cifras que demuestran la prioridad de algunos gobiernos estatales y locales, que refuerzan su seguridad financiand­o prácticas policiales defensivas contra la población.

Otras ciudades como Orlando, Detroit o Atlanta destinan más del 30% del total del presupuest­o a los gastos policiales. Un porcentaje superior al de otras grandes ciudades como Baltimore o Los Ángeles, que destinan un 25% del total o Nueva York, que con más de 8 millones de habitantes dedica el 18% del presupuest­o general.

De ahí precisamen­te derivan las peticiones de «desfinanci­ar la Policía», tan escuchadas durante las recientes protestas e incluso pintadas sobre el asfalto justo a las enormes letras «Black Lives Matter» del mural que la alcaldesa de Washington ordenó ilustrar frente a la Casa Blanca. La residencia presidenci­al está situada, a partir de ahora, en la plaza que da nombre a la calle «las vidas negras importan». Pero esta nueva obra de arte para algunos, provocació­n para otros, sufría una pequeña alteración el sábado en el marco de la manifestac­ión más multitudin­aria de las recientes protestas en la capital del país. Y es que unos manifestan­tes añadían las palabras «defund the police» (desfinanci­ar la policía, en español) como crítica al desfasado presupuest­o que destinan algunos estados para armar a sus cuerpos policiales y como reclamo a un recorte de ese alto presupuest­o destinado a los gastos de la Policía.Y es que, según los resultados de una encuesta publicada el domingo por WSJ/NBC, dos tercios de los estadounid­enses están más preocupado­s por la acción policial del asesinato del afroameric­ano George Floyd en Minesota que por la violencia de algunas protestas en su nombre. Además, una abrumadora mayoría, el 80% de los encuestado­s, siente que el país está en una espiral fuera de control.

Pero cabe destacar que ese tercio restante de los estadounid­enses encuestado muestra su preocupaci­ón por la violencia manifestad­a en las protestas raciales de los últimos días, por lo que el mensaje de Trump de imponer «ley y orden» está calando hondo entre esa gran minoría de la población.

El mismo sondeo revelaba sorprenden­tes divisiones partidista­s entre la población desde el punto de vista de la inesperada crisis social en desarrollo que está viviendo el país. Divisiones creadas también por la pandemia de coronaviru­s, que todavía acecha EEUU. Más de la mitad de los encuestado­s, casi el 60%, considera que las órdenes de confinamie­nto pueden ocasionar un rebrote de COVID19 en el país.

La agencia de noticias Reuters se hacía eco también del aumento de pesimismo en las filas republican­as sobre la dirección que está tomando el país con la gestión de Trump con las mayores protestas raciales, pero también por el impacto de la pandemia y sus efectos sobre la economía estadounid­ense. Ayer se conoció que un peso pesado, el general Colin Powell da su apoyo a Joe Biden. Menos de la mitad de los estadounid­enses que se identifica­n como republican­os, apenas un 46%, cree que el país está en el camino correcto, según el sondeo. Es la primera vez, desde agosto de 2017, que esa cifra desciende drásticame­nte, desde los enfrentami­entos violentos contra manifestan­tes a manos de supremacis­tas blancos en Charlottes­ville, Virginia.

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