La Razón (Cataluña)

Italia aún espera al turismo

Roma, desierta El Gobierno de Conte quiso adelantar la apertura del país a los europeos pero el movimiento no ha surtido efecto por la falta de reciprocid­ad. El 60% de lo hoteles permanece cerrado y el sector teme una recuperaci­ón lenta

- Ismael Monzón- Roma

Una cadena de maletas vacías poblaba esta semana la Piazza del Popolo de Roma. No las había olvidado nadie, sino que las llevaban agentes de viajes de toda Italia como señal de protesta .« Nosotros », rezaban sus pancartas. El Gobierno de Giuseppe Conte abrió sus fronteras exteriores y permitió la libre circulació­n de movimiento­s por todo el país el pasado miércoles, pero el turismo continúa congelado y el sector se queja de la falta de apoyos. «Necesitamo­s una intervenci­ón del Estado para las pequeñas empresas y que se acuerden de nosotros cuando aprueben un nuevo plan para el turismo con dinero de la Unión Europea», señalaba Luca Patané, presidente de la Federación de Turismo Organizado, una de las principale­s patronales de las agencias de viajes italianas. Sin la reciprocid­ad de otros países, la apertura anticipada de Italia todavía no tiene demasiados efectos. La UE plantea que a mediados de junio los Estados comiencen a levantar las barreras de sus fronteras comunitari­as, aunque España no lo hará hasta principios de julio. Precisamen­te esta semana Pedro Sánchez y Giuseppe Conte enviaron una carta conjunta a la Comisión Europea para pedir una acción coordinada. Italia quiso adelantars­e al resto de sus competidor­es, pero si el resto de países no permiten salir a sus ciudadanos o les imponen una cuarenta al volver -como hace España-, su movimiento sirve de poco.

En el aeropuerto de Fiumicino en Roma, una de las principale­s puertas de entrada a Italia, los movimiento­s se han duplicado en comparació­n con la semana anterior. Pero simplement­e se ha pasado de unos 50 vuelos diarios a un centenar, de los que sólo una cuarta parte proceden de otros países del espacio Schengen. Mientras, Ferrovie dello Stato, la compañía nacional de ferrocarri­les, informa de que el número de trenes interregio­nales se ha triplicado desde que se levantaron las restriccio­nes para la movilidad nacional. De unos 8.000 viajeros se ha pasado a 22.000, un dato todavía lejano al de la etapa pre-Covid.

La baza del sector, no sólo en Italia sino en el resto del mundo, será el mercado nacional. La organizaci­ón de consumidor­es de Codacons prevé que uno de cada dos italianos saldrá este verano de vacaciones y que el 80% de ellos permanecer­án en territorio nacional .« El perfil que pensamos que se moverá es el de un turismo familiar y también de chicos jóvenes, ya que ellos tienen menos temor por la situación sanitaria», afirma Giuseppe Roscioli, vicepresid­ente de Federal berghi, la principal asociación hotel era italiana. Roscioliañ­a de que todavía« el 60% de los hoteles del país continúan continúan cerrados». «Ahora mismo apenas hay diferencia­s entre ciudades muy turísticas como Venecia, Florenciao las islas. Los únicos que ya han ido recuperand­o la actividad son los alojamient­os rurales. Sin embargo, entre julio y agostoocup­ación del 40% en los destinos de playa, que serán los favoritos, mientras que ciudades como Roma o Milán permanecer­án por debajo del 20%», sostiene. Un paseo por alguna de las calles de mayor concentrac­ión hotelera en Roma confirma sus declaracio­nes. En la Via Cavour, que une la estación ferroviari­a de Termini con la avenida de los Foros Imperiales, apenas se ven hoteles abiertos. Ésta es una de las zonas preferidas para los grandes grupos que vienen a la capital con un paquete para visitar otras ciudades italianas y también para quienes acuden de otras partes del país para participar en ferias o congresos. El Hotel Genova, un cuatro estrellas, ubicado al principio del acalle, es uno de los pocos que no han cerrado en todo este tiempo .« Ahora mismo tenemos cuatro clientes hospedados. Ha venido algún político que tenía que acudir desde otra ciudad al Parlamento, pero poco más», señala el recepcioni­sta. Al margen de la presencia de este hombre, el edificio presenta un aspecto fantasmagó­rico. Los cálculos del sector es que se han perdido ya unos 65.000 millones de euros y que de junio a agosto llegarán del exterior unos 235.000 turistas,por los más de 60 millones de visitantes que recibió Italia en todo 2019. «Sabemos que será un año muy malo y por eso muchas empresas han salido a protestar», asegura Ivana Jelinic, presidenta de la asociación de touroperad­ores Fiavet. Para ella, el principal problema es que «las ayudas que puede otorgar el Gobierno siempre chocan con la burocracia y finalmente el dinero no termina llegando ». Su previsión es que «un sector de clase mediaalta de la población, que se interesará por los destinos de playa pueda servir como sostén» ante una campaña nefasta.

El turismo representa un 13% de la economía italiana y, aunque el país no es tan sumamente dependient­e de este sector como España, sí que supone una de las principale­s fuentes de ingresos. El Ejecutivo ha aprobado una serie de medidas, como exenciones fiscales para las empresas turísticas o un bono por un máximo de 500 euros para que las familias se paguen su estancia en un hotel. Sin embargo, muchas de las ayudas no han llegado aún y los bonos sólo se podrán canjear a partir de julio. Algunas regiones del sur se presentan como «libres de Covid», mientras que el norte acarrea el estigma de haber sido el epicentro de la pandemia en Europa. Islas como Sicilia oC erdeña,u no de los grandes reclamos de playa, se debaten entre apostar por el turismo internacio­nal o mantenerse aislados durante una temporada.

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AP Una mujer visita prácticame­nte sola la exhibición de Civis Civitas Civilitas en Roma, el pasado 2 de junio

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