LOVECRAFT VIVE EN UNA CABAÑA
AndrésAndrés Ibáñez (Madrid, 1961) es un novelista de variados registros temáticos y estilísticos; recordemos la visionaria distopía de «El mundo en la Era de Varick» (1999), la ambivalencia identitaria del atribulado protagonista de «La sombra del pájaro lira» (2003), la original revisión del mito de Prometeo en «Memorias de un hombre de madera» (2009), o la ensoñada fantasía de «La duquesa ciervo» (2017). Todas tienen en común la ingerencia de la alucinante ficción en una habitual cotidianidad, una elaborada prosa descriptiva y el enigmático misterio como claro motor argumental. Abundando en estas características se publica ahora «Nunca preguntes su nombre a un pájaro», una fábula moral sobre los deseos frustrados, frustrados, el engaño de los sentidos y la ambivalencia de la realidad.
Horst es aquí un novelista estadounidense que vive en una aislada casa en el bosque, en un escenario que remite a la soledad contestataria de Thoreau, Emerson o Walt Whitman; le ha alquilado esa vivienda, de espléndida biblioteca, la nieta de otro escritor, para quien regía un emblemático planteamiento: «Escribir es matar»; pero ¿a quién, y bajo qué circunstancias?.
Tenebrosos personajes
La cuñada del protagonista, Eva, terapeuta contracultural, le visita semanalmente, fluyendo entre ambos una creciente deriva pasional. Dos tenebrosos personajes no tardarán en aparecer: el siniestro Matt Signorelli y su ayudante Kenny, amenazador nativo americano. Matt, en taimado tono mefistofélico, y dentro de una imprecisa atmósfera irreal, propondrá a Horst concederle «lo que usted desea» y, como es sabido, debe tenerse cuidado con lo que se desea. Atormentado por una voz interior nuestro protagonista protagonista adquiere, contra sus convicciones pacifistas, un arma, acaso el principio de un precipitado devenir de acontecimientos que no conviene desvelar aquí.
Es esta una novela simbólica, orientada hacia el género del terror fantástico y la quimérica ficción. La desnortada existencia de Horst cobra sentido a través de una propuesta fáustica de engañosa perversidad. Es también un relato de referencias literarias, donde se alude a Kafka, Poe y Carver, unidos aquí en el perfil del escritor obsesivo, como el propio Horst, un misterioso pájaro le visita en sueños, aconsejándole que abandone la casa, que huya mientras pueda y se aleje de las ocultas trampas de la irrealidad. La pavorosa mitografía de Lovecraft gravita sobre toda esta historia; etéreas presencias, fantasmales situaciones e inquietantes juegos con el azar conforman esta alegoría sobre los espejismos de la realidad. Excelente narrativa fantástica al servicio de una elaborada prosa.