De qué estamos hablando
De que en Richmond, Virginia, un grupo de energúmenos que apoyaban a movimientos indígenas derribó, quemó y arrojó a un estanque una estatua de Cristóbal Colón; de que también en Bostón fue decapitada otra figura del almirante y de que el monumento colombino que estaba frente al Capitolio estatal de Minnesota ha corrido la misma suerte. Aunque ya hace tiempo que grupos de izquierdas e indigenistas la tienen tomada con el descubridor de América, ha sido a raíz de la muerte de George Floyd cuando se han recrudecido los ataques iconoclastas, enmarcados en las protestas contra el racismo en Estados Unidos.