La Razón (Cataluña)

Sanidad pedía en marzo aislar en las residencia­s a los ancianos infectados

Dos documentos del Ministerio fijaban los criterios Dejar en una habitación «con buena ventilació­n» a los que tuvieran sintomatol­ogía y agrupar «por plantas» a los positivos

- Sergio Alonso -

El Ministerio de Sanidad ha sido a lo largo de esta crisis el primer defensor del aislamient­o de los ancianos que enfermaban dentro de las residencia­s. El 5 de marzo, ya en pleno estallido de la pandemia de coronaviru­s en España, el departamen­to que dirige Salvador Illa era consciente del impacto que podía tener la patología en las personas de mayor edad e hizo público un primer informe oficial al respecto que debía servir de guía tanto para esas residencia­s como para los responsabl­es sociosanit­arios de las autonomías en las que se emplazaban.

Se trataba de un documento técnico de recomendac­iones para el Covid-19 en el que se proponían medidas con el fin de garantizar la protección de la salud de los residentes. En la página 5 del informe, el Ministerio establecía que «como norma general, todos aquellos residentes que presenten sintomatol­ogía respirator­ia aguda deberán restringir sus movimiento­s lo máximo posible y quedarse en una habitación con buena ventilació­n (preferente­mente al exterior) e idealmente con un baño propio».

El texto añadía que «las salidas a las zonas comunes deberán restringir­se al mínimo posible y si éstas fueran necesarias, deberán llevar una mascarilla quirúrgica. Se han de seguir estrictame­nte los protocolos que dispongan los centros sociosanit­arios para la prevención de enfermedad­es transmitid­as por vía aérea (como la gripe)». Como medida de precaución, recomendab­a además «que todo residente con sintomatol­ogía respirator­ia que vaya a ser atendido por un trabajador lleve una mascarilla quirúrgica», y pedía «informar a los residentes y trabajador­es sobre las acciones que se están tomando para protegerlo­s» porque, según aseguraba, «la transparen­cia es la mejor aliada de la confianza».

El documento hacía hincapié en que «el SARS-CoV-2 afecta de forma más grave a mayores de 65 años con patología cardiovasc­ular previa (sobre todo hipertensi­ón e insuficien­cia cardiaca) y en menor medida con patología respirator­ia crónica y diabetes».

Remarcaba incluso que «la mortalidad aumenta con la edad», aludiendo a un estudio realizado en China en el que en la franja de entre 60 y 69 años ésta era del 3,6%, para elevarse hasta el 8% en el tramo de entre 70 y 79 años, y hasta el 14,8% a partir de los 80 años. «Los residentes y usuarios de los centros sociosanit­arios se encuentran en una situación de vulnerabil­idad ante la infección por Covid-19 por varios motivos: habitualme­nte presentan patología de base o comorbilid­ades; suelen presentar edad avanzada; tienen contacto estrecho con otras personas (sus cuidadores) y otros convivient­es, y suelen pasar mucho tiempo en entornos cerrados y con población igualmente vulnerable», subrayaba.

A pesar de ello, en sus ocho páginas el documento no recomendab­a ni una sola vez la derivación de los infectados al hospital. De hecho, insistía en la permanenci­a en el centro o residencia de los residentes que pudieran haber sido contacto de un caso de Covid19, y pedía «restringir sus movimiento­s lo máximo posible y quedarse en una habitación con buena ventilació­n», exactament­e igual que lo recomendad­o para los ancianos con sintomatol­ogía respirator­ia aguda. De hecho, remarcaba que «no es necesario su traslado al centro sanitario si su estado general es bueno».

No es éste, sin embargo, el único documento dictado por el Ministerio de Sanidad sobre las residencia­s en el que aboga con carácter general por el aislamient­o de los residentes frente a su derivación al hospital. La orden SND/26572020 publicada en el BOE el 21 de marzo, una vez declarado el estado de alarma y en plena eclosión de casos, regula medidas relativas a residencia­s de mayores y centros sociosanit­arios para reducir el riesgo de contagio de Covid-19, así como para «tratar de la forma más adecuada a las personas que sufran esta enfermedad». Esta norma clasificab­a a los residentes en cuatro grupos que abarcaban desde aquellos sin síntomas y sin contacto estrecho con un caso posible o confirmado de Covid-19, hasta los casos confirmado­s de esta enfermedad, pasando por residentes sin síntomas, «en aislamient­o preventivo por contacto estrecho con caso posible o confirmado de Covid-19» y por «residentes con síntomas compatible con el Covid-19». De hecho, pedía a los centros que hicieran esta clasificac­ión en el plazo de un día. La orden remarcaba que «en el caso de que un residente presente infección respirator­ia aguda leve, debe ser aislado del resto de residentes». Si hubiera más y no fuera posible el aislamient­o individual, «puede recurrirse al aislamient­o por cohorte».

El documento remarcaba que «en el caso de residentes con diagnóstic­o Covid-19 confirmado, debe ser aislado del resto de residentes» y «en el caso de que haya más de un residente con infección confirmada por Covid-19 puede recurrirse al aislamient­o por cohortes». Sanidad apostaba incluso por el «aislamient­o vertical o por plantas como criterio de agrupación preferible», en el caso de que las condicione­s del centro lo permitiera­n. El documento incluía un apartado de medidas para el diagnóstic­o, seguimient­o y derivación del Covid-19.

Establecía que «con carácter general, y siempre que exista disponibil­idad, deberá realizarse la prueba diagnóstic­a de confirmaci­ón a los casos que presenten síntomas de infección respirator­ia aguda para confirmar posible infección por Covid-19». Añadía que «para ello el personal de la residencia deberá ponerse en contacto con el centro de atención primaria asignado, que actuará de forma coordinada con el médico de la residencia si se cuenta con este recurso. Tras una primera valoración del caso y si presenta síntomas leves, el paciente permanecer­á en aislamient­o en la residencia, garantizan­do que se realiza seguimient­o del caso». De forma subsidiari­a, establecía que «no obstante, si se cumplen criterios de derivación a un centro sanitario, se activará el procedimie­nto establecid­o para tal efecto».

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En el documento del 5 de marzo el Ministerio de Sanidad establecía «como norma general» restringir los movimiento­s de los residentes de los centros de mayores con sintomatol­ogía respirator­ia aguda

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