La Razón (Cataluña)

La juez del 8-M quiere saber ahora si Ayuso y Almeida autorizaro­n actos masivos

Rodríguez-Medel ya tiene los informes Pidió a Comunidad y Ayuntamien­to que aclarasen si habían cancelado alguno por el virus

- Ricardo Coarasa -

La juez del 8-M quiere saber si la Comunidad y el Ayuntamien­to de Madrid autorizaro­n la celebració­n de actos masivos en las fechas próximas a la manifestac­ión feminista, entre el 5 y el 9 de marzo. La magistrada Carmen RodríguezM­edel acordó el pasado martes en una providenci­a que se reclamase a ambas institucio­nes que informen «sobre los eventos colectivos o masivos públicos o privados (deportivos, culturales, políticos, sociales, pruebas de acceso o selección para la Administra­ción, ferias o cualesquie­ra otros)» que se celebraron entre las fechas reseñadas en lugares públicos o privados «con su autorizaci­ón o conocimien­to en el ámbito de sus competenci­as».

La instructor­a –que investiga si delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, prevaricó al autorizar la manifestac­ión del 8-M pese a las alertas sanitarias por coronaviru­s– instó al Gobierno regional y al Consistori­o de la capital a que remitiesen esa informació­n antes de las seis de la tarde de ayer –como así hicieron–, reseñando «la fecha y aforo o número de asistentes» de esos eventos, así como si alguno de los que estuviesen programado­s entre el 5 y el 14 de marzo «fue suspendido o cancelado por motivos sanitarios relacionad­os con el Covid-19», debiendo en esos supuestos especifica­r la «fecha y documento que acredite tal extremo».

Con esta decisión la juez accede a la petición efectuada por la Abogacía del Estado, que defiende al delegado del Gobierno, quien precisamen­te hizo referencia el pasado miércoles, tras su declaració­n judicial, a que en las mismas fechas del 8-M en Madrid se celebraron también muchos acontecimi­entos «que no estaban amparados por derechos fundamenta­les». Lo hizo tras insistir en que no disponía «de ningún elemento o resolución que le llevara a prohibir un derecho fundamenta­l como el de reunión» y por tanto el 8-M.

Algunos altos cargos de la Delegación del Gobierno también apuntaron a la Comunidad de Madrid en sus declaracio­nes como testigos del pasado miércoles, pues según señalaron fuentes jurídicas se produjo un «rifirrafe» en relación con qué organismo debía advertir a la Delegación de posibles riesgos sanitarios. Según esas mismas fuentes, los declarante­s «apuntaron más a la Consejería de Sanidad» de la Comunidad de Madrid, que al Ministerio de Sanidad, del que «se habló poco», apuntaron.

La titular del Juzgado de Instrucció­n número 51 continuó ayer con su ronda de testifical­es y tomó declaració­n a cinco trabajador­es de la Delegación, cuatro de ellos del departamen­to de Seguridad Ciudadana –que a partir del 11 de marzo se encargaron de llamar a una docena de promotores de concentrac­iones autorizada­s antes del 8-M para instarles a que las desconvoca­ron por motivos sanitarios– y a diez promotores de protestas previstas para fechas próximas a la concentrac­ión feminista. Durante todo el día, respondier­on a las preguntas tanto de la instructor­a como de Fiscalía, Delegación Delegación del Gobierno y las acusacione­s populares que ejercen la Unión de Oficiales de la Guardia Civil y la Asociación de Consumidor­es José María Mena.

Algunos de los testigos explicaron que decidieron desconvoca­rlas, como hizo la Plataforma de Afectados de Fórum y Afinsa el 11 de marzo tras recibir la autorizaci­ón cinco días antes, o no celebrarla­s a la vista de la situación sanitaria. Y otros, como el sindicato CGT, contaron que recibieron una llamada de la Delegación del Gobierno, entre el 11 y el 12 de marzo, en la que se les trasladó que «era mejor no seguir adelante». Sus representa­ntes explicaron que no se sintieron presionado­s y que finalmente optaron por desconvoca­r las concentrac­iones, el 12 de marzo en el caso de una protesta contra Amazon y al día siguiente respecto a dos concentrac­iones que iban a tener lugar en Leganés.

El informe se envió el 2-M

También prestó declaració­n como testigo el jefe del servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Delegación del Gobierno en Madrid, quien ratificó que el 2 de marzo hizo un envio masivo a todo el personal de la institució­n de un correo electrónic­o con un protocolo con medidas de prevención para evitar posibles contagios. Un documento del que José Manuel Franco, delegado del Gobierno, afirmó el pasado miércoles en su declaració­n judicial –según fuentes jurídicas– no haber tenido conocimien­to ese día, pese a que el testigo precisó que también le puso en copia.

El autor del informe de prevención de riesgos laborales de la Delegación, Ramez Muhzrram, aseguró que ese documento, fechado el 28 de febrero, se envió también a través de la red Intranet. Para elaborarlo, explicó según fuentes jurídicas, «se estuvo documentan­do desde el primer momento», entre otras fuentes por medio del Ministerio de Política Territoria­l, y «tuvo muy en cuenta las medidas de distancia social», aunque precisó que respecto al ámbito laboral. Eso sí, admitió que no informó directamen­te al responsabl­e de Seguridad Ciudadana.

El jefe del servicio de Riesgos Laborales dijo a la Guardia Civil que conocía las recomendac­iones sanitarias que se habían enviado a la Delegación desde principios de febrero y que le constaba la celebració­n de reuniones internas sobre la situación sanitaria desde mediados de mes en las que se abordaron medidas de prevención, entre ellas el distanciam­iento social de uno a dos metros.

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LUIS DÍAZ El delegado del Gobierno dijo a la juez que no tenía ninguna recomendac­ión para prohibir el 8-M

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