Nº de estudiantes matriculados Capacidad de la instalación teniendo en cuenta la separación de 1,5 metros
El ministro propone un cálculo matemático a las universidades para ver si sus alumnos pueden ir a clase en septiembre. La mayoría continuará con la educación a distancia
La «nueva normalidad» del próximo curso académico en las universidades españolas obligará a un modelo «híbrido» que combinará la educación a distancia con la presencial mientras la amenaza de la Covid-19 siga vigente. Ante la imposibilidad de que los 150 alumnos que pueden tener clases de grados de Medicina puedan acudir presencialmente a partir de septiembre, el ministro de Universidades, Manuel Castells, ha propuesto a las universidades una fórmula para el próximo curso universitario que pasan por coger la calculadora. Asi, propone que hagan un cálculo de coeficiente de ocupación de cada una de sus actividades docentes e investigadoras que se desarrollen en sus instalaciones para evitar contagios.
¿Cómo saber entonces si una universidad puede permitir a sus alumnos que vayan de manera presencial a las aulas el próximo curso académico? El Ministerio de Universidades tiene la respuesta, según se recoge en las recomendaciones que ha enviado a la comunidad universitaria para adaptar la vuelta a la actividad académica el próximo curso. Los centros de educación superior tendrán que dividir el número de estudiantes matriculados en la actividad por la capacidad de la
instalación teniendo en cuenta la separación de 1,5 metros entre los ocupantes. El resultado será la ocupación teórica. Pero luego tendrán que aplicar otra fórmula para saber la real para cada una de sus actividades docentes e investigadoras. Y eso será el resultado de dividir el número de estudiantes matriculados en la actividad por la capacidad real de la instalación. Conclusión: «Si el cálculo del coeficiente de ocupación real es superior al coeficiente de ocupación teórico, la actividad no podrá desarrollarse de modo presencial en su totalidad y las universidades deberán adoptar las medidas pertinentes para que la actividad académica se retome de manera online», concluye el Ministerio.
Una de las fórmulas que sugiere el departamento de Castells es hacer turnos rotatorios. Que asistan unos pocos (los que cumplan con el coeficiente) mientras el resto sigue desde su casa las explicaciones por videoconferencia. Su idea es que esta fórmula se utilice sobre todo para videoconferencias magistrales que tienen como público a un número elevado de estudiantes. Por lo pronto, algunas universidades, como las del Grupo CEU, ya están adaptando sus aulas a la doble presencialidad. Porque lo de desdoblar las clases ni se contempla «para evitar sobrecargar al profesor». Las universidades ya se organizan por su cuenta al margen de las propuestas de Castells. La mayoría optarán por la enseñanza online y la presencial para grupos recucidos y cuestiones puntuales.