Ultimátum de médicos y enfermeras: «La sanidad necesita 5.000 millones»
El sector sanitario catalán presenta un decálogo a los políticos para reformar el sistema de salud tras la pandemia. Amenaza con rebelarse si no inyectan recursos porque no pueden más
El pasado 31 de enero, veinticinco días antes de que el virus de la COVID-19 fuera detectado oficialmente, los economistas Guillem López-Casasnovas y Marc Casanova Roca presentaron un estudio que ponía cifras a la infrafinanciación del sistema sanitario catalán. Era un encargo del Cercle de Salut. Alertaba de que el déficit crónico de Cataluña en la financiación puede llevar al sistema sanitario a la UCI. Y ponía cifras. Concretaba que Cataluña está un 40% infrafinanciada respecto a los países de su alrededor y que necesita una inyección extra de 5.000 millones de euros en los próximos tres años. Este número equivale a 25.000 millones para el conjunto de España y a doblar el presupuesto que la Generalitat dedica a Salut.
Cuando los gobiernos estaban digiriendo esta denuncia, llegó la COVID-19. Los profesionales sanitarios, como habían hecho otras veces, dejaron sus reivindicaciones al lado y arrimaron el hombro. El país afrontó la pandemia con un traje tejido en la década de los ochenta con otras necesidades sociales y demográficas. A excepción del Hospital de
Igualada, el resto de centros evitó el colapso. Y ahora que el vendaval ha pasado, los médicos y enfermeras no se conforman con el Premio Princesa de Asturias a la Concordia 2020. «No queremos más golpecitos en la espalda, queremos respuestas a nuestras demandas», ha dicho Jaume Padrós, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona.
Padrós ha trasladado sus demandas a los responsables políticos en forma de un «Decálogo para la Reforma del Sistema de Salud de Cataluña». Un compendio de medidas para transformar el sistema de salud que se resume en inyección de recursos, empoderamiento de los profesionales y cambio de los modelos de organización en los centros. «Los aplausos han estado muy bien y han sido reconfortantes, pero llevamos años al límite, se nos exigía excelencia mientras se hacían recortes, pero no podemos tener un sistema de excelencia con salarios de tercera que hacen llorar», lamenta.
Tras este decálogo hay un gran consenso sobre cuál es el diagnóstico y el tratamiento que necesita el sistema sanitario después de las lecciones que los profesionales han aprendido de la pandemia. Lo han elaborado el Colegio de Médicos de Cataluña, el Colegio de Enfermeras de Barcelona y la Sociedad Catalana de Gestión Sanitaria. Y se han adherido la Sociedad Catalana de Medicina Familia y Comunitaria (CAMFIC), la Sociedad Catalana de Geriaría y Gerontología, la Academia de Ciencias Médicas de la Salud y la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria (AiFiCC).
Urgen un nuevo pacto para la sanidad. Después de que la COVID-19 haya puesto en evidencia que la salud de las personas es prioritaria, exigen a las fuerzas políticas que estén a la altur. Necesitan 5.000 millones extra en Cataluña y 25.000 millones extra en el conjunto de España. El 60% del gasto sanitario ordinario debería destinarse a mejorar y dignificar las condiciones de los profesionales. El 40% restante debe destinarse a mejorar las infraestructuras, en muchos casos obsoletas, y avanzar en la telemedicina y la salud digital.
No es la primera vez que se reivindican, pero esta vez avisan de que si no les hacen caso, «la alternativa es un desastre». «Tenemos un sistema sanitario al límite, al que le dotamos de musculatura o no aguantará», advierten. Y este mensaje también va para la sanidad privada que asiste al 25% de la población catalana. Si no les hacen caso, amenazan con una rebelión de batas blancas.