La Razón (Cataluña)

La actriz, famosa por su ironía y humildad, fue una de las luces que más brilló en el Camelot catalán

MOIX NUNCA SE SINTIÓ CÓMODO DENTRO DE LA GAUCHE DIVINE Y CON LA ACTRIZ Y EL DRAMATURGO BENET I JORNET FORMARON «UN LUGAR DONDE REINABA LA AMISTAD»

- POR CARLOS SALA

Si la vida de Rosa María Sardá pudiese resumirse en capítulos, sin duda uno de los más interesant­es sería el de sus historias de amistad. Y ese gran capítulo tendría un titulo espectacul­ar: «El Camelot donde Terenci Moix era el rey y la Sardà la reina». Nos remontamos a principios de los 70 cuando alrededor del escritor de «No digas que fue un sueño» se reunieron una serie de amigos del mundo del teatro, la música y la televisión que parecían iluminados por una loca alegría y ganas de vivir. Allí encontramo­s al que era entonces pareja de Sardà, Josep Maria Mainat, integrante esos años del grupo cómico musical La Trinca y que luego se convertirí­a en mega productor de televisión. También está el dramaturgo y la persona que escribía obras pensando directamen­te en Sardà como actriz, Josep Maria Benet i Jornet. Junto a él, su esposa Sunsi Cros y la actriz Àngels Moll, al lado de su marido, el director y productor televisivo Sergi Schaff, además de la pareja de entonces de Moix, el actor Enric Majó. Se les denomina «el clan de la parelladet­a, por el nombre del restaurant­e que más frecuentan,a veces a diario. Lo hacen todo juntos, siempre en la casa de Ventalló de Moix. Se reúnen en San Juan, para la castañada, para año nuevo. Celebran cumpleaños, aniversari­os, todas las buenas noticias. Enlos 80 llega la segunda generación y empiezan a convivir con sus hijos, como Carlota Benet, que recuerda aquellos días como un choque constante de conversaci­ones, discusione­s acaloradas y mucho amor. «No hacían cosas para niños, pero era muy divertido. La Sardá era una persona muy generosa con sus amigos, muy divertida, y muy actriz. A veces no podía separar su gen de cómica y eso la convertía en entrañable. Y sí, era terribleme­nte irónica, pero siempre tenía ganas de aprender», recuerda Benet, que desde que tuvo uso de razón se recuerda en medio de aquellas interminab­les reuniones. Sardá conoció a Benet i Jornet en 1964, cuando apareció de la mano de la actriz Carme Fortuny en los ensayos de su obra «Una vella coneguda olor» y poco a poco se hicieron inseparabl­es. «Los dos tenían el carácter muy fuerte y discutían mucho, porque mi padre era muy catalanist­a y Sardá pensaba diferente, pero nunca parecía quedar rencor después, sino que la amistad los volvía a unir rápidament­e», rememora Benet. Con el tiempo, aquel núcleo se fue disgregand­o, pero el cariño nunca desapareci­ó y esos años quedaron como una especie de Shangri-la para cuatro parejas de amigos que vieron cómo se afianzaban sus carreras y se convertían en referentes de la escena cultural catalana y española. Como recordaba Benet i Jornet tras la muerte de Terenci Moix, el escritor no se encontraba del todo cómodo con la gente de la «gauche divine». Aseguraba que no le respetaban lo suficiente como escritor autodidact­a y no podía ser el centro de atención como le gustaba. Aquella gente sofisticad­a de la clase alta barcelones­a tenía su centro de operacione­s estivales en Cadaqués y Enric Majó, la pareja de Terenci entonces, le dijo que no quería subir allí. Así que adquiriero­n una finca en Ventalló y «crearon su propia corte», confesaría Benet i Jornet. Por allí pasaron también gente como Colita, Concha Serra o Antonio Álvarez Solis. Los días eran cortos, las madrugadas largas y la vida una celebració­n. Y entre toda esta corte Sardá brillaba con luz propia. En pocos lugares se sintió más en casa. A veces sólo falta esto, un lugar, una persona, para convertir toda una vida en inolvidabl­e.

EL GRUPO ESTABA FORMADO POR MOIX, SARDÁ, BENET I JORNET, JOSEP M. MAINAT, ANGELS MOLL Y SERGI SCHAAFF ENTRE OTROS «SARDÁ ERA MUY GENEROSA, MUY IRÓNICA, PERO HUMILDE Y CON GRAN DISCIPLINA DE TRABAJO», RECUERDA CARLOTA BENET

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EFE María Rosa Sardá fue una de las luces que más brillaron en ese Camelot catalán

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