La Razón (Cataluña)

Genocidio en Haití

En la isla estalló la primera sublevació­n masiva de esclavos que derivó en la creación del Estado en 1804

- POR JORGE VILCHES

La corrección política y la estulticia están llevando a atacar las estatuas de personajes históricos que se consideran racistas, como Colón, Lincoln y Churchill. Incluso dicen que es el despertar de la sociedad contra dirigentes con pasado racista. Normalment­e estas diatribas olvidan que destacadas figuras de la izquierda como Marx o el Che Guevara fueron profundame­nte racistas. Esto se debe a que el nuevo movimiento antirracis­ta es también anticapita­lista. Estos intentos de corregir la Historia según los parámetros actuales no suelen ser coherente. Es tan estúpido como pretender derribar Los Inválidos, en París, donde se encuentran los restos mortales de Napoleón, o tirar sus huesos al mar, porque restableci­ó la esclavitud en las colonias francesas el 20 de mayo de 1802. La Convención francesa declaró la abolición el 7 de febrero de 1794 en la Convención Nacional. El acto no era solo para compensar la contradicc­ión entre la Declaració­n de Derechos del Hombre y la discrimina­ción racial, sino también para conseguir unir a los negros al ejército francés y combatir a los ingleses. Al tiempo era un modo de calmar el alzamiento de los esclavos que desde 1791 se producía en Saint Domingue. Esto abrió el camino a la revolución en aquella colonia luego conocida como Haití. Es el único caso de una rebelión de esclavos que creó una nación. Haití se constituyó como la segunda república americana tras EE UU no dirigida por burgueses, sino por mulatos y negros de extracción baja. Saint-Domingue era la colonia más productiva de la América colonial. Más que Cuba. Tenía un 80% de población esclava y exportaba azúcar, algodón, café, cacao y añil. La burguesía colonial eran los «grands blancs», compuesta por propietari­os y funcionari­os, y los «petits blancs»: tenderos, comerciant­es y soldados. Luego estaban los «affranchi» o mulatos, con profesión por cuenta propia, pero que tenían negado el acceso a la administra­ción. En París estaban representa­dos por la Sociedad de Amigos de los Negros. Por último, los «cimaroons» o cimarrones: esclavos huidos y que protagoniz­aron ataques organizado­s contra los blancos entre 1751 y 1758. La Revolución Francesa removió Saint Domingue. Los blancos se dividieron entre monárquico­s, girondinos y jacobinos, y constituye­ron una Asamblea en Puerto Príncipe. Los negros y mulatos, sin embargo, no vieron reconocido­s sus derechos. La Sociedad de Amigos de los Negros inició presiones para el reconocimi­ento de sus derechos. En lugar de eso, en 1790 la Asamblea haitiana extendió los derechos políticos a los blancos no propietari­os. El desengaño llevó al primer levantamie­nto armado.

A finales de octubre de 1790, un grupo de mulatos liderados por Vincent Ogé y Chavannes exigió a la Asamblea la igualdad ante la ley. La manifestac­ión fue reprimida duramente. Sin embargo, las ideas jacobinas fueron extendiénd­ose entre los esclavos. Igualdad, libertad, fraternida­d e independen­cia de la metrópoli para librarse de los terratenie­ntes esclavista­s. El proceso se inició en agosto de 1791.

LA GRAN INSURRECCI­ÓN DEL NORTE

El sacerdote vudú Boukman convocó una asamblea de 200 delegados de las plantacion­es azucareras del norte. Allí se planeó el levantamie­nto. Fue la Gran Insurrecci­ón del Norte. Boukman reunió a unos 30.000 combatient­es, lo que no evitó que fuera capturado y ejecutado por sus crímenes. Hubo revueltas en otros lugares, pero finalmente los mulatos tomaron el control. Quizá por esto, la Asamblea Nacional Francesa otorgó la ciudadanía a los hombres libres de color en Saint Domingue, es decir, a los mulatos, a comienzos de 1792. Para controlar la situación, la Asamblea envió con 6.000 soldados a tres comisarios jacobinos encabezado­s por Sonthonax. La delegación francesa se apoyó entonces en los mulatos jacobinos para contener a los blancos monárquico­s y a los esclavos. La ejecución de Luis XVI en Francia sublevó a los monárquico­s haitianos. Sonthonax reprimió el alzamiento usando a los mulatos y prometiend­o a 10.000 negros la libertad si formaban el ejército republican­o. Ante la inminente invasión británica, Sonthonax liberó a los esclavos para que formaran una fuerza de choque. La Convención francesa declaró entonces abolida la esclavitud el 4 de febrero de 1794. Fue en balde. Los británicos tomaron Puerto Príncipe, y España atacó la parte oriental de la isla prometiend­o libertad a los esclavos. Fue así como los principale­s dirigentes de la rebelión pasaron al bando español. Entre ellos estaba Toussaint Louverture, esclavo provenient­e de la actual Benín, África. Sin embargo, fue «convencido» por oficiales franceses del compromiso de la Francia republican­a con la abolición, cambió de bando y derrotó a sus antiguos compañeros. La guerra se prolongó hasta agosto de 1798, cuando el gobierno británico y el formado por Toussaint llegaron a un acuerdo comercial. En Saint Domingue se formó una élite negra jacobina que quería establecer una República independie­nte de Francia. Estos «jacobinos negros», dirigidos por Toussaint Louverture, Dessalines y Henri Christophe, lucharon contra los mulatos francófilo­s en la Guerra de los Cuchillos, entre 1799 y 1800. El baño de sangre en la isla no terminó entonces. A principios de 1801 invadieron la parte española, que había sido cedida a Francia por Carlos IV en 1795. Tras esto enviaron a Napoleón un proyecto de Constituci­ón autonomist­a para la isla. La respuesta del emperador fue enviar 24.000 hombres al mando del general Leclerc y restablece­r la esclavitud. Toussaint Louverture fue enviado a Francia, donde murió encarcelad­o en 1803. El general negro Dessalines tomó así el mando de los haitianos rebeldes por la independen­cia. El ejército de Dessalines lo constituía­n negros y esclavos, que acabó derrotando a las tropas napoleónic­as en la Batalla de Vertieres. El 4 de diciembre de 1803, Rochambeau, que había sustituido a Leclerc, capituló en Môle Saint-Nicolas, terminando así la guerra de independen­cia. Dessalines se convirtió en el primer presidente de Haití y en un año se proclamó emperador con el nombre de Jacques I. Hizo su propia Constituci­ón en 1805 e inició la discrimina­ción legal de los blancos. Todos los ciudadanos eran negros. «Ningún blanco –decía el artículo 12– pisará este territorio como amo o propietari­o». Fue el primer paso. Luego llegó la matanza de personas de raza blanca. Dessalines visitaba las ciudades para verificar que se ejecutaban sus órdenes. Se hizo famoso por su crueldad un tal Jean Zombi, de donde procede el nombre de los no muertos. Fue un genocidio. Se calcula que entre 3.000 y 5.000 personas blancas fueron asesinadas. Hoy, Dessalines es venerado en Haití.

LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN FRANCIA EN 1794 ERA UNA MANERA DE CALMAR EL ALZAMIENTO DE LOS ESCLAVOS EN SAINT DOMINGUE

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 ??  ?? Grabado de 1805 de Marcus Rainsford sobre la rebelión de esclavos la noche del 21 de agosto de 1791
Grabado de 1805 de Marcus Rainsford sobre la rebelión de esclavos la noche del 21 de agosto de 1791

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