La gestión del coronavirus sí pasa factura electoral
Cuando un Gobierno confía todo en la comunicación es fácil que haya sorpresas. Sobre todo cuando los hechos son de tal rotundidad que es imposible que sean ocultados por estrategias de laboratorio. En España han muerto 27.136 muertos y muchos ciudadanos se preguntan cómo ha sido posible que nuestro país haya estado a la cabeza de fallecidos –por número de habitantes– cuando se nos dijo que esto era un asunto pasajero, lo que relajó las medidas de prevención. La epidemia sí pasa factura, como sería de esperar, por mera salud democrática. Si se celebrasen elecciones generales ahora, el PSOE sería igualado por el PP en número de escaños y una diferencia de 210.000 votos. El partido de gobierno y el de la oposición se situarían ambos en 110 diputados, aunque el PSOE se habría dejado 912.199 votantes y el PP ganaría 629.960. Al margen de los cálculos postelectores que se pudiesen hacer, habría que destacar que las dos grandes formaciones que conformaron el bipartidismo recuperan el equilibrio, aunque ambos estén hipotecados por su posibles alianzas. Podemos sigue cayendo y Cs aumenta su irrelevancia. Volver al pacto de la moción sólo serviría para afianzar la inestabilidad.