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Baleares recibe a los primeros turistas alemanes con la esperanza de remontar la temporada: «Mallorca es coronafree»
Baleares comenzó ayer a recibir a los primeros turistas alemanes que llegaron con el inicio del plan piloto para probar los protocolos de seguridad que regirán cuando se reabran de forma generalizada las fronteras a visitantes europeos a partir del día 21. Con esta llegada, Baleares se ha convertido en el primer destino de España que se abre al mercado internacional con dos vuelos desde Frankfurt y Düsseldorf. Los turistas que participan en este programa no estarán obligados a guardar una cuarentena de 14 días, medida que aún sigue vigente para el resto de visitantes que entren en España.
La temporada veraniega aún no está del todo perdida. Minutos antes de las 11 de la mañana de ayer aterrizaron en el aeropuerto mallorquín de Son Sant Joan 189 turistas alemanes procedentes de Düsseldorf, los primeros en pisar suelo español después de tres meses de aislamiento por la pandemia de coronavirus. La avanzadilla germana, que ya no tendrá que guardar cuarentena, forma parte de un plan piloto del Gobierno que se adelanta seis días a la apertura formal de las fronteras del espacio Schengen, el próximo domingo. Los visitantes fueron recibidos casi como héroes por las autoridades y por un ejército de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión que aguardaban su llegada. Por la tarde aterrizó otro vuelo procedente de Frankfurt, y otros 47 aparatos lo harán a lo largo de la semana.
Los viajeros rellenaron en el avión un cuestionario de salud y a su llegada a Palma pasaron un control de temperatura. Además, tuvieron que facilitar obligatoriamente su número de teléfono y su lugar de alojamiento para que personal del Ejecutivo balear realice un seguimiento de su estado de salud durante su estancia. Estos primeros turistas, 400 en total, fueron alojados en hoteles de la Playa de Palma, a escasos minutos de la capital de la isla, y en Alcudia, al norte. Todos podrán moverse por Mallorca con total libertad, siempre que respeten las limitaciones de aforo y las distancias de seguridad, al igual que los residentes locales. Sin embargo, no tendrán a su disposición ninguna oferta de ocio nocturno, puesto que, pese a estar permitido en la fase 3 de la desescalada, el Ejecutivo autonómico de la socialista Francina Armengol no lo ha autorizado.
Aumento del desempleo
Armengol confía en que este corredor aéreo previsto en el plan aprobado por el Gobierno central sea la tabla de salvación que insufle vida en la economía de Baleares, una de las más castigadas de España desde que se decretó el confinamiento, precisamente por su fuerte dependencia del turismo. Las cifras son bien elocuentes: el desempleo creció un 92% en el mes de mayo respecto al mismo mes del año pasado en toda la comunidad autónoma, que apenas supera el millón de habitantes pero tiene a 75.000 trabafrente sin empleo y a otros 155.000 afectados por ERTEs. Las principales cadenas hoteleras ya han anunciado la progresiva apertura de sus establecimientos a partir del 1 de julio, aunque sólo se prevé que el 50% de la oferta hotelera de Baleares esté disponible y a pleno rendimiento durante el verano.
Mallorca es la isla que se va a llevar el trozo más grande de un pastel ya de por sí mermado de tamaño por la crisis sanitaria, pero las previsiones son mucho más pesimistas en Ibiza y Menorca. Se espera que ambas islas puedan recibir turismo nacional en la última semana de junio, y de momento sólo aterrizarán allí nueve vuelos procedentes de aeropuertos alemanes hasta el próximo día 30, a los 38 programados en Mallorca. Los turistas alemanes que llegarán a lo largo de la semana han pagado entre 600 y 1.000 euros por pasar cinco noches en la isla, dependiendo del hotel y el régimen de alojamiento elegido, aunque TUI, el principal touroperador alemán con España, ha prometido descuentos de hasta 250 euros para los primeros en contratar el paquete. Mallorca recibió el pasado año a 16 millones de turistas, que gastaron más de 16.000 millones de euros, unas cifras que serán inalcanzables esta temporada.
Los turistas que participan en este programa piloto no estarán obligados a guardar una cuarentena de 14 días, una medida que aún sigue vigente para el resto de visijadores
tantes que entren en España, procedan del país que procedan, y que deben permanecer confinados en su domicilio o alojamiento durante ese periodo, pudiendo salir a la calle solo para comprar alimentos, medicamentos u otros productos de primera necesidad, además de acudir a centros médicos o por fuerza mayor o necesidad. Hasta ahora, las excepciones a la cuarentena solo se aplicaban a trabajadores transfronterizos, transportistas, tripulaciones y profesionales sanitarios que entren en España, excepto si han estado en contacto con personas infectadas. Los ciudadanos que viven en el resto de España aún no pueden viajar a Baleares.
En el caso de que la afluencia de turistas fuera más elevada de lo previsto, Armengol defiende que el archipiélago está preparado para afrontarla, tanto por la buena evolución de la pandemia en la comunidad como por sus recursos sanitarios. En este sentido, dijo ayer que «obviamente hay que abrirse al turismo», y no solo al alemán, sino a territorios del espacio europeo y del resto de España en los que esté controlada la pandemia. No obstante, Armengol insistió en el mensaje que repiten estos días las autoridades políticas y sanitarias: que ni turistas ni residentes deben «relajarse», y que las medidas de prevención para impedir la expansión del virus «seguirán siendo obligatorias para todos».