La demanda de los profesores: 10-15 niños por clase y 44.500 docentes más
El sindicato mayoritario de maestros, USTEC, exige más recursos a Educación para planificar juntos un retorno presencial y seguro, con jornadas compactadas
Francia prepara la vuelta a clase con todos los niños el 22 de junio mientras Cataluña despide el curso online
El sindicato de profesores propone clases de un máximo de 45 minutos con dos espacios para el patio escalonados
Mientras Francias prepara la vuelta al colegio de todos los niños para el próximo lunes 22 de junio, en Cataluña, maestros y alumnos se despiden esta semana del curso 2019-20, telemáticamente. El regreso a las aulas será en septiembre, aunque todavía no se sabe cómo. Tampoco se sabe cuál será la situación epidemiológica. Pero los docentes catalanes no quieren que las autoridades improvisen y a través del sindicato USTEC-STEs, mayoritario en las escuelas públicas, reclamaron ayer un plan de retorno a los centros educativos negociado. Lamentan que a estas alturas no haya ningún órgano de coordinación desde donde puedan consensuar y hacer el seguimiento de las medidas que se vayan tomando para retomar el curso 2020-2021.
Su propuesta se erige sobre dos premisas: presencialidad y máxima seguridad. Y por pedir, que no quede. Aprovechan la crisis de la COVID-19 para reclamar algunas de las demandas que vienen haciendo haciendo desde hace años: más recursos para la educación, menos alumnos por clase y jornadas más reducidas. Recuerdan que Cataluña dispone de un tercio del presupuesto que destinan a educación los quince de la Unión Europea. Educación cuenta este año con 5.672 millones de euros,
De cara a septiembre, proponen ratios de 15 alumnos por clase en primaria y secundaria, de manera que haya un mínimo de 4 metros cuadrados por niño. En educación infantil, como es difícil que los niños menores de 6 años mantengan la distancia de seguridad, la propuesta es de 10 alumnos por clase y EPIs adecuadas para los maestros. Para poder tener grupos más reducidos, se necesitan más docentes. El portavoz de USTEC, Ramon Font, reclama 44.500 profesores más: 19.500 en infantil y primaria, y 25.000 más en secundaria. Calcula que un 11% de la plantilla actual, 8.000 docentes, tienen más de 60 años. Ante la dificultad de encontrar personal, propone que se pueda contratar a profesores sin el master de profesorado y a alumnos del último curso de magisterio para complementar las necesidades de primaria.
Una oportunidad perdida
Font lamenta que se ha perdido una oportunidad de oro en junio para ensayar cómo será la vuelta a las aulas tras la pandemia. Es una queja que comparte con algunos pediatras que reivindicaban reabrir las escuelas ahora que hace buen tiempo y el virus está controlado para observar como se comporta en las escuelas y si los niños son o no grandes contagiadores. El Hospital Sant Joan de Déu hará finalmente un estudio en los campamentos de verano para extraer conclusiones científicas.
Font no ahorró críticas al conseller de Educación, Josep Bargalló, por no haber hecho los esfuerzos pertinentes para reabrir los centros en junio antes de acabar el curso. La historia se repite y se está cometiendo el mismo error que en 2008, la educación parece que no está entre las prioridades de los gobiernos.
De cara al nuevo curso, el sindicato plantea una jornada compactada hasta la hora de comer y un horario lectivo intensivo con menos presencia de alumnos en los centros. Alega que Cataluña es uno de los territorios de la UE donde los alumnos tienen más horas lectivas. En primaria, se hace una media de 23 horas más anuales y en secundaria, 162 horas más respecto a la media europea. Y lo que propone es volver a 23 horas lectivas en primaria (30 de permanencia) y 18 horas lectivas en secundaria (24 de permanencia). También habla de reducir las clases a un máximo de 45 minutos con dos espacios para el patio, que debe ser escalonado
Para evitar contagios, plantea horarios de entrada y salida escalonados por edades. Y para evitar más desigualdades, avala que se siga ofreciendo el servicio de comedor. No ve con buenos ojos la educación telemática. Denuncia que el confinamiento ha acentuado las desigualdades, especialmente con aquellos alumnos que no tienen acceso a dispositivos informáticos ni a conexión, cerca de un 12%.