Un decreto de buenas prácticas policiales
Donald Trump firmó ayer un decreto que busca proporcionar incentivos financieros a aquellos departamentos de Policía que mejoren su formación y estándares sobre el uso de la fuerza, una reforma mucho más modesta de lo que piden los activistas en las protestas. «Estos estándares [para el comportamiento de los policías] serán tan altos y fuertes como sea posible en la Tierra», dijo Trump a la Prensa poco antes de firmar la orden ejecutiva en la Casa Blanca. Los departamentos de Policía que quieran recibir esos fondos federales deberán pasar por un proceso de certificación en el que se comprometerán, entre otras cosas, a «prohibir» la práctica de agarrar del cuello para dificultar la respiración a los detenidos «excepto si la vida de un agente está en riesgo». Esa maniobra mató en mayo al afroamericano George Floyd en Mineápolis, donde un policía le presionó el cuello con su rodilla durante casi nueve minutos, un incidente captado en vídeo que desató una ola de protestas en EE UU. A falta de que la Casa Blanca publique el texto del decreto, el impacto de la medida de Trump parece limitado, ya que no puede obligar a los departamentos de Policía a comprometerse con esas buenas prácticas, aunque el mandatario se comprometió a trabajar con el Congreso para impulsar reformas más ambiciosas.