De los aplausos a las balas de goma
A palos contra los que hace nada te cuidaban. Y te siguen cuidando. Y a los que necesitas, pues nadie está a salvo ante los estudios de que en otoño –o antes– llegue otro rebrote. El caso es que el clima social en Francia –como no– se ha enrarecido un poco más. Los cientos de sanitarios de la sanidad pública que salieron a protestar contra el Gobierno y exigirle más medios, mejores condiciones de trabajo y un aumento del salario han recibido palos a sus reclamaciones. Literalmente. De poco vale el argumento de que entre ellos se infiltraron elementos provocadores y violentos que atacaron a la Policía. Las imágenes de carreras y golpes han silenciado las palabras de Emmanuel Macron de que pagará a los trabajadores de la salud un bono de 1.500 euros por sus esfuerzos. Los gases lacrimógenos no ayudarán ni animarán, sin duda, a la colaboración de los sanitarios ante el próximo rebrote. Y está al caer. Por mucho que algunos se rompan las manos a aplaudirles las cosas nunca serán igual.