BOCHORNO
QuéQué ganas de acabar con el estado de alarma, el mando único y las alocuciones presidenciales de los fines de semana de Pedro Sánchez que te acaban cortando la digestión y subiéndote por las paredes. Llevamos 17 intervenciones institucionales, en horas de máxima audiencia, que más que discursos parecen homilías de Maduro por la duración y el bochorno que te hacen sentir.
Es bochornoso ver a un presidente que es capaz de cifrar en 450.000 las vidas que se han salvado por su gestión pero es incapaz de contar las vidas que se han perdido por su diligencia. Es bochornoso escuchar a Sánchez decir que no podremos saber cuál ha sido la envergadura en términos de letalidad hasta que no se acabe la pandemia, convirtiendo a España en la única democracia que no da a conocer el número de sus fallecidos pero que en ningún caso se nos puede acusar de falta de transparencia. Es bochornoso ver cómo se equiparan ruedas de prensa con transparencia. Conferencias de prensa hay muchas pero la transparencia debe de seguir confinada porque seguimos sin saber el número de muertos, el número de sanitarios contagiados, el cómo y el cuánto dinero se ha gastado en la compra de material y el dónde ha ido a parar dicho material. Siendo el país más afectado sanitaria y económicamente, es bochornoso escuchar a Sánchez, como si de un logro se tratara, que la página web del ingreso mínimo vital ha tenido 21 millones de visitas en una semana. O ver a la ministra de Trabajo cómo presume de gastar una cifra histórica en prestaciones por desempleo.
Con esta responsable, modélica y transparente gestión, alabada en el mundo entero, sorprendida me hallo de que Tezanos sólo le dé al PSOE once puntos de ventaja. Habrá que esperar al siguiente barómetro de autoestima.