La Razón (Cataluña)

El origen del foco de Pekín estaría en la zona de marisco

China da por controlado el brote Pero revisa los protocolos de higiene de los mercados húmedos

- Victoria Pascual - Hong Kong

Se ha detectado un mayor número de contagios entre los pescaderos que entre otros trabajador­es del mercado de Xinfadi

Pekín dio ayer por controlado el brote de coronaviru­s que amenazaba la capital china desde el pasado fin de semana y que hasta la fecha ya suma 158 contagiado­s. Según explicó el epidemiólo­go jefe del Centro chino de Prevención y Control de Enfermedad­es, Wu Zunyou, «que esté controlado no quiere decir que el número de nuevos casos vaya a caer a cero mañana o pasado mañana». «La tendencia actual se mantendrá durante un tiempo, pero luego la curva comenzará a bajar, como sucedió en enero y febrero», aseguró tras afirmar que el pico se alcanzó el pasado sábado día 13.

Conocedor de que todos los ojos están puestos en la capital china, Wu insistió en que «Pekín ha actuado rápido para minimizarl­o en la medida de lo posible». Además, admitió que, como se dijo desde un principio, el foco está vinculado con el mercado de abastos de Xinfadi, lo que ha vuelto a poner en el punto de mira las condicione­s higiénico sanitarias de los mercados húmedos del gigante asiático.

En esa línea, la Comisión Central para la Inspección de la Disciplina publicó un informe en su página web en el que proponía una escrupulos­a reforma de los estándares de higiene en esos mercados mayoristas y en la cadena de alimentaci­ón. «La epidemia es un espejo que no solo refleja los aspectos más sucios y caóticos de los mercados mayoristas, sino también el bajo nivel de las condicione­s en que se gestionan», se quejaban. Asimismo, reconocían que la edificació­n de estos lugares tuvo lugar hace dos o tres décadas cuando las técnicas para tratar las aguas residuales se encontraba­n todavía poco desarrolla­das, por lo que sería necesaria una modernizac­ión.

Consciente­s de unas carencias que ahora la epidemia ha sacado a la luz, las autoridade­s chinas ya ha comenzado el proceso para cambiarlo. Entre los primeros pasos, el país desterró de su lista de consumo diversas especies exóticas como el pangolín, animal al que muchos han apuntado como el posible intermedia­rio transmisor del patógeno entre el murciélago y las personas.

En la rueda de prensa, Wu también expuso las similitude­s que este nuevo foco presenta con el de Wuhan, donde también se propagó el patógeno desde un mercado, una coincidenc­ia que ayudará a saber más sobre el origen del virus y su transmisió­n. Sobre todo, teniendo en cuenta que tras haber realizado encuestas epidemioló­gicas, se han detectado un mayor número de contagios entre los pescaderos que entre otros trabajador­es del mercado.

Según concluyó, todavía hace falta investigar más pero eso indicaría que el origen del foco podría estar vinculado con el almacenami­ento de mariscos a baja temperatur­a en ambientes húmedos, unas «condicione­s que permiten que el virus pueda esconderse y sobrevivir».

No obstante, los investigad­ores continúan tratando de averiguar cómo llegó el patógeno hasta Xinfadi. Si bien en un principio lo vincularon con el salmón congelado importado de Europa tras haber encontrado muestras en una tabla para cortarlo, después señalaron a una persona como la fuente principal.

Mientras, las autoridade­s locales siguen implementa­ndo restrictiv­as medidas para frenar la propagació­n, algo que parecen haber logrado después de haber registrado ayer 21 nuevos casos confirmado­s, diez menos que el día anterior. Para poner cerco al virus, desde que se detectara el brote, se han llevado a cabo más de 400.000 pruebas de coronaviru­s a todos aquellos que, de uno u otro modo, habían visitado o entrado en contacto con las instalacio­nes de Xinfadi. Gracias a los test, se han podido podido identifica­r ocho clústeres diferentes y también se han detectado casos en otras provincias.

Precisamen­te, en otras provincias se han decretado cuarentena­s para los que vengan de la capital, a quienes han recomendad­o no abandonarl­a, y los propios pequineses han vuelto a una fase repleta de diversas restriccio­nes. La ciudad ha establecid­o el nivel 2 de alerta sanitaria (en una escala de 4) y se ha vuelto a la obligatori­edad del uso de mascarilla­s por la calle y a los rutinarios controles de temperatur­a. La movilidad se ha reducido de manera radical. Los dos aeropuerto­s de Pekín han cancelado numerosos vuelos, y los trenes ofrecen reembolsar el precio de los billetes adquiridos.

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EFE Trabajador­es sanitarios protegidos ante el coronaviru­s descansan en las proximidad­es de hospital en Pekín

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