La UE planta cara a Trump con la tasa Google y acelera su propio impuesto
Bruselas no se arredra. Pese a las presiones de Donald Trump, el Ejecutivo comunitario está dispuesto a presentar otro propuesta sobre la conocida como tasa Google, con el objetivo de que, si no es posible alcanzar una posición global en el seno de la OCDE, al menos sea posible un impuesto europeo. Esta semana ha trascendido que el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, envió una carta a los ministros de Hacienda de España, Reino Unido, Francia e Italia en la que les comunicaba la decisión de EE UU de levantarse de la mesa de negociaciones y amenazaba con represalias comerciales a estos países europeos.
«Lamento mucho el movimiento de Estados Unidos de frenar las conversaciones internacionales sobre los impuestos sobre la economía digital. Espero que esto sea solo un contratiempo personal más que una parada definitiva», aseguró ayer el comisario de Economía, Paolo Gentinoli. Lo cierto es que, pese al impulso de los países anteriormente mencionados, los Veintisiete fracasaron en sus intentos de poner en marcha una tasa europea para gravar a los gigantes digitales. Ante las dificultades para conseguir la unanimidad en las capitales, imprescindible en asuntos de fiscalidad, los Veintisiete decidieron pasar la patata a la OCDE y pospusieron cualquier acuerdo europeo a la necesidad de alcanzar antes un pacto global.