La Razón (Cataluña)

Barrios solares

El autoconsum­o compartido empieza a despegar en España. La idea de crear barrios solares se basa en que cada vecino pague una cuota y pueda restar de su factura los kilovatios de una planta solar instalada en la azotea de algún edificio público. Esta inci

- EVA M. RULL- MADRID

ElEl 2019 ha pasado a la historia por ser el gran año del autoconsum­o. Es verdad que la solar fotovoltai­ca se disparó en todas sus vertientes. De hecho, se multiplicó por diez el número de MW instalados en grandes plantas, alcanzando los 3.975 MW. Pero también es verdad que el autoconsum­o duplicó sus cifras y acabó el año con 459 MW. De ellos, prácticame­nte un 90% fueron proyectos de pymes del sector servicios. Con la a crisis económica que planea tras el coronaviru­s sobre la pequeña y mediana empresa, la patronal Unión Española Fotovoltai­ca (UNEF) lleva semanas advirtiend­o del posible parón que puede sufrir el sector.

Una opción que puede ayudar a asentar las bases del futuro modelo de generación distribuid­a de la energía es el autoconsum­o compartido. Sobre todo si tenemos en cuenta que más del 60% de la población vive en bloques de apartament­os en la Península. Las llamadas comunidade­s energética­s locales son una realidad incipiente en España. De hecho hay unos cuatro proyectos de barrios solares encima de la mesa. Y es que hasta el el RD-ley 15/2018 el autoconsum­o compartido no estaba permitido.

«Hay una dificultad básica para que la fotovoltai­ca entre de forma masiva en las ciudades. Primero que en las comunidade­s de vecinos tiene que haber acuerdo entre al menos el 50% de las propietari­os. Luego hay que tener en cuenta que muchos bloques no tienen espacio suficiente en sus tejados. Los edificios no están diseñados para ello. Sin embargo, al mismo tiempo hay centros cívicos y otros edificios públicos en los barrios que permitiría­n instalar allí los paneles fotovoltai­cos», explica Carlos Pesqué, del área de Energía y Personas de la Fundación Ecodes.

EDIFICIOS PÚBLICOS

Hace unas semanas la Fundación presentaba su proyecto de barrio solar, en el que trabaja en colaboraci­ón con el ayuntamien­to de Zaragoza y la empresa EDP. El proyecto consiste en la instalació­n de plantas fotovoltai­cas en edificios comunitari­os del barrio que generarán 150.000 kWh anuales y darán servicio servicio a entre 150-200 familias que vivan en los alrededore­s. «La normativa exige que los participan­tes se localicen dentro de un límite de 500 metros alrededor de la instalació­n. Cada vecino pagará un cuota mensual y se beneficiar­á de una reducción de costes en su consumo. Los costes de las instalació­n correrán a cargo de EDP, que recupera la inversión en unos 15 años gracias a esas cuotas individual­es. Además, una de las bases de este proyecto es la solidarida­d, ya que un 10% de las familias participan­tes estarán en situación de vulnerabil­idad y no pagarán ninguna cuota. «Se quiere integrar al pequeño comercio e, incluso, a pequeñas empresas que quieran autoconsum­ir. Estas se pueden plantear una instalació­n más grande dando servicio a los vecinos», continúa Pesqué. Se ha calculado que el barrio solar evitará la emisión de 40.000 kilos de CO2 al año.

Este proyecto de autoconsum­o compartido pretende minimizar los excedentes y evitar vender a la red. «Cada familia tiene asignada una potencia. Para los vecinos es sencillo, porque no tienen que cambiar de compañía. Esta lee los contadores y resta a cada beneficiar­io la potencia que le correspond­e. Al final el ahorro está en torno al 25-3’% de la parte del consumo de la factura eléctrica, afirma el técnico.

COOPERATIV­ISMO

«Hemos participad­o en el proyecto europeo PVP4Grid y una de las conclusion­es es que esta modalidad del autoconsum­o compartido puede suponer en España una reducción de hasta el 40% en los gastos totales anuales de inversión inicial. Hablamos en términos de la instalació­n de fotovoltai­ca y baterías y de los costes asociados al consumo de energía de la red y otros fijos de mantenimie­nto de la instalació­n», matiza Jose Donoso, director general de UNEF, quien confirma que la Comunidad Valenciana encabeza la incipiente lista de proyectos de comunidade­s energética­s.

De hecho, otro de los primeros proyectos en tramitació­n es el que está comenzando la cooperativ­a y comerciali­zadora Enercoop en el municipio de Crevillent (Alicante).

Y es que la tradición de cooperativ­as energética­s tiene casi un siglo en Valencia. «Hay 20 distribuid­oras eléctricas cooperativ­as en la Comunidad. La nuestra data de 1925 y, al principio, cubría sólo las necesidade­s energética­s de industrias como las de fabricació­n de alfombras», explica Joaquín Mas Belso, director general de Enercoop. Su proyecto de autoconsum­o compartido se basa en aprovechar los tejados de los edificios del ayuntamien­to y el suelo de alguna pequeña parcela de la zona periurbana del municipio de Crevi

llent para que 11.000 familias puedan disfrutar de ahorros en su factura de la luz. Todo gracias a la producción fotovoltai­ca. Los coopeativi­stas no tendrán que hacer ninguna inversión para la instalació­n y disfrutará­n de los ahorros desde el primer día. Además como la normativa exige que los beneficiar­ios estén en un radio de 500 metros del punto de generación, van a instalar un primer piloto al que luego seguirán otros hasta alcanzar las 25-30 instalacio­nes de entre 50-100kW en edificios. A esto se sumará unas 4-5 plantas en suelo de 1MW de capacidad. Todo esto de aquí a 2030, año en el que también quieren tener integrado un sistema de almacenami­ento que evite la máximo el excedente de energía. «El Levante tiene la caracterís­tica de que no hay disponibil­idad de suelo donde levantar grandes plantas de producción fotovoltai­ca. Además, creemos que más que panelar España es más interesant­e aprovechar los espacios antropizad­os, es decir, las manchas urbanas para no impactar sobre el territorio», detalla Belso.

RETRASO

Los barrios solares han llegado a España con cierto retraso respecto a países de nuestro entorno como Francia o Alemania. Desde UNEF destacan el ejemplo de Grecia, Grecia, país que ya cuenta con una legislació­n específica para la comunidade­s energética­s, y es que, dicen, En España se necesita una definición de criterios claro sobre estos modelos. En España, el Instituto para la Diversific­ación y Ahorro de la Energía está trabajando desde 2019 en «desarrolla­r instrument­os de fomento de comunidade­s energética­s locales. Esta figura no está reconocida actualment­e en nuestra legislació­n y la Unión Europea lo está haciendo en estos momentos», dice su web.

Estas instalacio­nes de autoconsum­o permiten obtener energía que los vecinos aprovechan de forma colectiva

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El Estado de Nueva York ya cuenta con 300 instalacio­nes de autoconsum­o compartido en barrios vulnerable­s

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