Inaugurada la «nueva normalidad» sin nada anormal (de momento)
El encuentro no fue propiamente en la frontera porque esas delimitaciones, si no están protegidas por tratados internacionales, siempre son tema de disputa: que si esta linde, que si este manzano, que si el arroyo fue nuestro de toda la vida... Cosas de vecindarios. Así que Miguel Ángel Revilla e Íñigo Urkullu eligieron unos prados de Cobaron, Vizcaya, asomados a unos acantilados, frente al Cantábrico, que es común, mientras no haya aguas territoriales. A la izquierda, Castro Urdiales; a la derecha, las grúas del puerto de Bilbao. De esta manera los presidentes de Cantabria y País Vasco daban por inaugurada la «nueva normalidad». Se abren las comunicaciones, se remprende la actividad económica y, según Revilla, se afianza una relación que los malos tiempos, lo que son las cosas, ha afianzado.