Redada policial tras cuatro noches de disturbios en Dijon
En busca de armas, municiones y drogas
La Policía francesa llevó a cabo ayer una redada sorpresa en Dijon después de varias noches consecutivas de disturbios por un presunto ajuste de cuentas protagonizado por miembros de la comunidad chechena. Unos 140 gendarmes seguían al cierre de esta edición registrando varios apartamentos del complicado barrio de Grésilles en Dijon. Según el prefecto, Bernard Schmeltz, los agentes buscan «armas, municiones y estupefacientes».
Dijon, una ciudad mundialmente conocida por su legendaria mostaza más que por sus tensiones interétnicas, ha sido escenario de cuatro noches de disturbios y escenas que han conmocionado a Francia y han derivado en un intenso debate sobre la seguridad después de que el ministro del Interior, Christophe Castaner, calificara de escenas propias del «salvaje oeste» lo allí visto: coches incendiados, individuos armados con hachas e incluso fusiles Kalashnikov. Según la Policía, los incidentes tendrían como origen una agresión a un joven checheno de 16 años, que provocó que otros miembros de la comunidad realizaran redadas de represalia en busca de venganza. Miembros de la comunidad chechena habrían viajado a Dijon desde toda Francia e incluso desde países vecinos como Bélgica y Alemania. Los enfrentamientos se han centrado en ese barrio popular de Grésilles, que tiene una gran comunidad magrebí.
Hasta el momento, se ha detenido a cinco personas relacionadas con esta espiral de violencia, la última el pasado jueves. Se trata de cinco miembros de la comunidad comunidad chechena detenidos en diferentes ciudades. El fiscal de Dijon, Eric Mathais, informó en un comunicado el jueves que esos cinco arrestos están destinados a «verificar» los primeros datos que surgen de la investigación que él mismo ha abierto para aclarar las infracciones cometidas e identificar a los autores. Los delitos contemplados en esa investigación son, entre otros, los de tentativa de asesinato en banda organizada, violencia agravada, asociación de malhechores y pertenencia a grupo armado.
El alcalde socialista de Dijon, François Rebsamen, ya había criticado lo que consideraba un despliegue policial «insuficiente». «Como la Justicia llega demasiado tarde y la Policía no tiene los medios, la comunidad chechena decidió aplicar su propia ley”.