IRENE MONTERO QUIZÁ VEA AHORA ALIENS ATACANDO AL GOBIERNO
IreneIrene Montero veía «inhumanos» los ataques al Gobierno. Después de haber visto en la tele sus caras (la de ella y la de Pablo, en compañía de otros) convertidas en dianas y reventadas por los disparos de escopeta de un ex militar taxista que así vomitaba su ira, me imagino que ahora los verá como más propios de monstruosos aliens. La ministra carga casi todos los días contra la estrategia de odio de la derecha y de la extrema derecha para criminalizar, entre otras cosas, el feminismo. Dijo: «Los ataques inhumanos deberían quedar fuera del juego de la política». Y si son de aliens, fuera de nuestra galaxia, claro. Pero, ¿era Irene inhumana o alien cuando dijo aquello de «todos los Borbones a los tiburones», o «Felipe, no serás Rey, que vienen nuestros recortes y serán con guillotina» o «cualquier rey que pase por la guillotina será bienvenido»? ¿Era Pablo Iglesias inhumano o alien cuando pretendía azotar a Mariló Montero hasta la sangre, o cuando animaba a «politizar el dolor», o cuando hablaba de la posibilidad de «ir a cazar fachas en Segovia aplicando la justicia proletaria» o defendía el piolet con el que mataron a Trotsky como arma política? Dices estas cosas y otra peores y ya estás cargando la repetidora del que
¿Era Irene inhumana o alien cuando dijo aquello de ‘‘todos los Borbones a los tiburones’’?»
luego te va a volar el careto en blanco y negro pegado a un palo. Ya estás pintando tu diana. Montero: «Si el Gobierno hubiera sabido lo que iba a pasar, habría actuado de forma diferente tanto con respeto a las manifestaciones como al transporte público o al congreso de Vox». O sea, que le fallaron los profetas, los augures o adivinos. Está muy bien fichar a cien economistas y expertos para preparar la era post-Covid y el documento «España 2050», pero, ya puestos, creo que también hace falta un buen equipo de videntes o nigromantes, quizá también algunos astrólogos, para intentar adivinar la que se avecina. Si nos hay suficientes recursos, al menos podrían llamar a Rappel, la Bruja Lola, Aramis Fuster o a Paco Porras, que quizá no acierten mucho pero animarían el vodevil, sobre todo para los espectadores que tenemos la misma fe en las predicciones de los economistas que en las que se hacen observando los posos del café. Pretende Él que sus economistas y expertos imaginen la España postcovid. Y si los cien economistas imaginan la «España 2050» sin Él (cosa que me extrañaría), ¿qué hará entonces? ¿Enterrar el documento en el fondo del baúl de los recuerdos de Karina? Porque parece que Él sueña con estar en la Moncloa hasta ese año e incluso más allá. Se lo pronostican cada día sus brujos de confianza, Tezanos y Redondo. Después de ver sus caras convertidas en dianas, como tanta gente en tiempos de ETA, me imagino que a la dotación de guardias civiles de élite que custodian su mansión de Galapagar se sumarán la división acorazada Brunete y los Puma del Ejército del Aire, por si los drones. Ahora que Irene y Pablo temen que tomen su cielo por asalto, ahora que les atacan los aliens, quizá Marlaska llame a los Hombres de Negro, no a los de la Unión Europea, sino a Tommy Lee Jones y Will Smith, especialistas en eliminar monstruitos repelentes. Pero ojo con la fiera de mi niña, que ya le espetó a la Olona: «No me ofende; yo vengo llorada de casa». Es capaz de matar aliens disparándoles eslóganes de Lenin al grito de ¡ya vale, tíos!