La Razón (Cataluña)

«Me doy por casada»

- POR CRISTINA FERNÁNDEZ

La cantante Chenoa no llegó ni a probarse el vestido de novia al decretarse el estado de alarma

LA PANDEMIA HA APLAZADO SU BODA CON EL URÓLOGO MIGUEL SÁNCHEZ ENCINAS, PREVISTA PARA EL 14 DE JUNIO, AL TIEMPO QUE LE REGALÓ OTROS PROYECTOS, COMO EL CONCIERTO SOLIDARIO CON EL QUE VARIOS ARTISTAS HOMENAJEAN MAÑANA EN MADRID A LOS FALLECIDOS POR LA COVID-19

«Todo lo que tiene que suceder, ocurre, y yo soy una persona muy positiva. Se ha publicado que estaba triste por no poder casarme y no es verdad. El otro día me dijeron una frase que me encanta: “Si quieres que Dios se ría, cuéntale tus planes”. Mi boda se ha aplazado y no pasa nada. De hecho, me quedé sin probarme el vestido de novia porque se decretó el estado de alarma. Así que ni lo he visto. Era porque no tenía que ocurrir ahora». Chenoa, nacida como Laura Corradini en Mar del Plata (Argentina) en 1975, afronta las entrevista­s con la misma naturalida­d y resilencia con la que encara los enveses de la vida. Si la Covid-19 ha aplazado los esponsales con el urólogo Miguel Sánchez Encinas previstos para el 14 de junio, la argentina entona ipso facto otro «sí» y este domingo participa en el concierto solidario «Go Up» en Madrid en homenaje a los fallecidos durante la pandemia, organizado por la Fundación Starlite. Torna el altar por el escenario más cercano al cielo de nuestro país, ubicado en la Torre de Cristal, y los invitados por la compañía de artistas de la talla de Ainhoa Arteta, Marta Sánchez, Aitana, Ana Guerra, Melendi, David Bustamante, Miguel Poveda o Juan Magán. «Esto se plantea para seguir aportando positivism­o –confiesa–. Queremos dar las gracias y homenajear a los que se han ido, a los que han perdido a un ser querido y a los que han estado en primera línea, no olvidarles, porque tenemos muy mala memoria. Ya que no nos podemos abrazar, que nos abrace la música el 21 de junio, que, además, es el Día de la Música». La implicació­n de Chenoa, cuyo prometido es jefe del Servicio de Urología del Hospital Universita­rio Rey Juan Carlos de Móstoles, ha sido absoluta en todas las fases de la pandemia: «Llevo todo el confinamie­nto con temas solidarios. He colaborado con el Banco de Alimentos, cada vez que me llama el Padre Ángel ahí estoy. También con María Bravo y su Global Gift. A ver si vamos viendo la luz... Además, si una empresa me manda mascarilla­s, pues la promociono en mis redes, porque tengo claro que ahora toca apostar más que nunca por la marca España. Por ejemplo, siempre voy de vacaciones por España, con discreción, porque es complicado pasar desapercib­ida, pero aquí también se puede. Me encanta Castilla-León. El año pasado estuve en Asturias, en Covadonga, Cantabria... España es maravillos­a». Las ganas de verano de la cantante chocan con su llamada a la prudencia ante el inminente fin del estado de alarma: «Todos los artistas tenemos que llamar a la responsabi­lidad para que no siga habiendo contagios, para que sigamos estando alerta. Insisto. Tenemos mala memoria, la gente se relaja y hay que mantener la prudencia. Si empecé diciendo “ponte a un metro de mí” ahora son dos metros. Espero que la gente siga cumpliendo. Ir por la calle sin mascarilla me parece una falta de respeto. Es una cuestión de empatía. Tú has estado confinado, pero algunos médicos no han podido ni ir al baño durante jornadas enteras. Dicho esto, creo que la mayoría de la gente sí cumple». Compartir el aliquebrad­o presente con un sanitario hace que el discurso de Laura vibre entre la pesadumbre y la ilusión: «Miguel me decía “es que no sabes lo que es ir en el coche hacia el hospital y no ver a nadie por la calle, con la vida que tiene Madrid...’’. También te digo que, después de la hecatombe que estamos pasando, llegar a junio con salud y sabiendo que los míos están bien me hace estar agradecida y feliz. Y eso que el confinamie­nto para mí no ha sido agradable. Al principio no cantaba como he visto a otros compañeros. Me lo pedían los fans y

«ODIO COCINAR, PERO A MI NOVIO LE HACÍA UN BIZCOCHO SANO, TODO NATURAL, PARA QUE EMPEZARA EL DÍA CON GASOLINA» «ESPERO QUE LA GENTE SIGA CUMPLIENDO. IR POR LA CALLE SIN MASCARILLA ME PARECE UNA FALTA DE RESPETO. ES UNA CUESTIÓN DE EMPATÍA»

no tenía ganas. Hablar, sí, pero no cantaba porque estaba lidiando con mi propia montaña rusa. Es que estar en casa para un artista es raro. Con decirte que no tenía ni sillas y tuve que comprarlas, cuadros sin colgar...». El encierro ha redecorado su hogar y también la ha convertido en una incipiente repostera: «Odio cocinar, pero a mi novio le hacía un bizcocho sano, todo natural, para que empezara el día con gasolina. Cuando llegaba a casa tras el trabajo en el hospital, le sacaba a la terraza y hablábamos de otros temas... Él quiso irse a vivir a otro lugar cuando empezó el confinamie­nto pero le dije que no. Tenemos que estar juntos en las buenas y en las malas».

«SOY UNA SUPERVIVIE­NTE»

Agradecida por la salud y volcada en el amor, nos queda conocer cómo tiene la agenda laboral, tan maltrecha para los artistas en estos tiempos: «Tengo suerte porque hago de todo, soy una supervivie­nte, pero, por ejemplo, en el mundo de las orquestas de verano hay un vacío brutal, y también lo está habiendo en la conciliaci­ón familiar, cuando tienes que trabajar mientras hay gente en tu casa. En el sector musical y cultural hay mucha ansiedad». Sobre su mesa, sin embargo, no faltan los proyectos: «Ahora tengo cosas de publicidad, también de televisión, como seguir con “Tu cara me suena”, y el 24 de julio un concierto acústico en Tarragona, donde llevaré a dos chicos de mi banda». Cuando le recuerdo que ya han pasado 19 años desde que en 2001 «Operación Triunfo», el primer reality musical, la sacó del anonimato y de Mallorca, me responde nostálgica: «Si tuviera que decir qué queda de aquella Laura es que sigo sintiendo que estoy a examen, nunca doy nada por hecho y siempre peleo por el aplauso». Y continúa: «Ahora que lo veo con distancia, creo que era demasiado moderna para esa época. En este momento, todo el mundo entona el ‘‘MeToo’’ pero entonces se me veía como muy transgreso­ra. Por cierto, que en este confinamie­nto grabé un vídeo con las chicas de “OT” al ritmo de «Shake if off» y nos divertimos mucho. El 25 de junio, cumple 45 años. En la nueva normalidad, sus ganas de solidarida­d siguen aventajand­o a las de fiesta: «Soplaré una vela y pediré deseos para todos».

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La cantante intenta recuperar la normalidad en la desescalad­a del estado de alarma
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