LAS LECCIONES DE LA LUCHA CONTRA LA COVID-19
EnEn Estados Unidos, aún estamos experimentando la primera ola de la pandemia, ¿pero qué lecciones se pueden aprender de la experiencia de EE UU frente a la covid-19? Como estadounidense residente en New Rochelle, el primer epicentro del brote en la costa este, ha habido muchas vivencias de las que he sido testigo en mi comunidad. A lo largo de todo Estados Unidos, los estadounidenses han sufrido los fracasos del Gobierno nacional y han dependido de sus estados para encarar la pandemia.
Está claro que el Gobierno nacional se quedó corto a la hora de detener la propagación de la enfermedad, no proporcionó pruebas y equipos adecuados para abordar los tratamientos de los pacientes con covid-19. La Administración Trump, al principio de su mandato, dejó sin recursos la unidad de respuesta de la pandemia del Centro de Control de Enfermedades (CDC), y el CDC desarrolló una prueba de test de covid-19 que falló estrepitosamente, allanando el camino a EE UU para el fracaso.
Los hospitales e instalaciones médicas se encontraron faltos de EPIs (equipos de protección personal) y ventiladores. El propio Trump dijo a los gobernadores que era su responsabilidad adquirir equipamiento, e incluso se generó un ambiente combativo entre los estados y la Administración. Aquí es donde el estado federal cumplió su cometido, pero podría ser perjudicial si los estados abrían antes de tiempo.
Los gobernadores de California y Nueva York destacaron como ejemplares. En el caso de California, el gobernador usó una aplicación de una compañía canadiense para seguir los vuelos desde China. Como resultado, California cerró mucho antes, y no tuvo el mismo brote como hemos visto en el estado de Nueva York. Aun así, cuando el virus estalló en Nueva York, el gobernador fue rápido al pasar a la acción y cerrar negocios y escuelas y comenzó a transformar los espacios en hospitales de coronavirus y centros de pruebas. Cuando el Gobierno de EE UU no podía proveer ventiladores, el gobernador se los aseguró desde China. Hoy, muchos gobernadores han decidido abrir sus estados, lo que ha coincidido con los picos de los contagios en Florida, California, Arizona y otros. Las imágenes de la gente abarrotando las playas y los clubs nocturnos no es un buen presagio para frenar los contagios. Abrir demasiado pronto y sin cuidado, podría causar daños peores tanto a las vidas humanas como a la economía. Hay manifestaciones en las calles y Trump organizó ayer un mitin para sus simpatizantes en Tulsa, Oklahoma. Si queremos minimizar la exposición de las comunidades pobres al virus o hacer «América grande otra vez», la distancia social es el modo de lograrlo. (A pesar de que luchar contra las disparidades sociales sea una causa que merezca la pena). Si ocurre otro brote y el sistema médico está saturado, volveremos a cerrar y la economía se desplomará y volveremos a la situación de marzo, o incluso peor.
¿Qué lecciones hemos aprendido? El Gobierno nacional, durante la mayor parte, ha estado ausente; dejando a los estados y gobiernos locales en la primera línea, con la ayuda de actores no gubernamentales tapando los huecos. A pesar de que la pandemia ha mostrado la ineptitud de la Administración Trump, también ha enseñado lo mejor de América. Los ciudadanos comenzaron a enviar EPIs hechas en casa a las instalaciones médicas, la gente le hacía la compra a sus vecinos ancianos, todo el mundo dio las gracias a los trabajadores esenciales, y la gente ha salido a fomentar el comercio local. En nuestras comunidades, nos hemos vuelto más amables y empáticos. Con todo, si los estadounidenses realmente quieren ayudar a los trabajadores esenciales en la primera línea, entonces deberían limitar la exposición social lo mejor que puedan o no podremos ni siquiera superar la primera ola de la pandemia.
A pesar de que la pandemia ha mostrado la ineptitud del presidente Trump, también ha enseñado lo mejor de Estados Unidos»