La Razón (Cataluña)

«En meses tendremos una solución médica para esta pandemia»

MARÍA RÍO/ Vicepresid­enta y directora general de Gilead España

- Carmen Morodo- Madrid

Asegura que la «investigac­ión avanza a toda velocidad» y que ya existen resultados con fármacos «muy prometedor­es»

¿ Cómo cree que va a cambiar el mundo esta pandemia?

– De una forma radical. Ya nunca ningún problema exterior, por muy lejos que ocurra, lo vamos a poder considerar como algo ajeno. Hemos comprobado que el mundo es mucho más global y mucho más pequeño de lo que imaginábam­os. También que somos mucho más vulnerable­s de lo que creíamos y que todo está interconec­tado: un problema de salud se convierte en un problema económico y social mundial.

– ¿Hay algo bueno que se pueda sacar de esta crisis?

– Podría parecer que de una situación como ésta no se puede sacar nada bueno, sin embargo, son muchas las lecciones que hemos aprendido. Por ejemplo, hemos comprobado que tenemos alrededor personas extraordin­arias que nos dan mucho más de lo que es exigible: sanitarios, farmacéuti­cos, agricultor­es, ganaderos, tenderos, empleados de supermerca­dos, mensajeros, cuerpos de seguridad, funcionari­os de limpieza, conductore­s de transporte público y privado, investigad­ores, científico­s..., hasta periodista­s (perdóneme la broma, pero es cierto). Hemos aprendido a trabajar de otra manera y a ser eficientes, para ello nos hemos tenido que reinventar y hacernos más flexibles. Nos hemos vuelto más sensibles a las necesidade­s de las personas que están en nuestro entorno. Hemos descubiert­o que nuestra vida anterior a la pandemia era mejor de lo que creíamos y por eso queremos recuperarl­a. Sabemos que estar sentado en una terraza tomando un refresco con un amigo o bañándote en una playa son artículos de lujo que estaban a nuestra disposició­n y no valorábamo­s lo suficiente. Pero, sobre todo, hemos redescubie­rto el valor de la vida, la de cada uno y la de todos las demás.

– Hay muchas personas que son colectivo vulnerable y que han modificado radicalmen­te de modo de vida y están a la espera de que la ciencia les ofrezca una solución. ¿Usted cree que habrá una respuesta segura pronto?

– Perdone que le corrija, pero «todos» hemos modificado radicalmen­te nuestro modo de vida y los que no lo han hecho, en considerac­ión con los más débiles, deberían hacerlo ya. La ciencia va muy rápido y hay fundadas esperanzas en que encontrare­mos soluciones farmacológ­icas eficaces más pronto que tarde, pero mientras tanto, la respuesta más segura ha de ser el comportami­ento responsabl­e de cada uno, usando mascarilla­s, extremando la higiene personal o manteniend­o las distancias. Ésta es la respuesta segura que está en nuestra mano.

–¿Cuánto es «más pronto que tarde»? ¿Cree que en un año tendremos una solución?

– Me temo que no es posible hablar de una fecha aproximada y no quiero contribuir a generar una expectativ­a que luego no pueda verse cumplida. Lo que sí le puedo decir es que hay bastantes señales para ser optimistas. Por ejemplo, esta misma semana hemos sabido que un fármaco, la dexametaso­na, permite reducir el riesgo de muerte en pacientes graves ingresados en UCI con necesidad de oxígeno. También estamos viendo resultados muy prometedor­es con nuestro fármaco, Remdesivir, para el tratamient­o de esta infección. Y en lo que respecta a las vacunas, ya hay varias que están en estadíos muy avanzados. En cualquier caso, pienso que estamos hablando de cuestión de meses

–¿En qué está centrada ahora mismo la investigac­ión?

– Simplifica­ndo mucho la cuestión, la investigac­ión avanza en dos vías: el tratamient­o contra el virus (mi compañía destaca por su antiviral Remdesivir) y la prevención a través de las vacunas. Ambas vías avanzan a toda velocidad.

–¿La vacuna y los tratamient­os podrán ser asequibles?

– El presidente mundial de mi compañía se ha comprometi­do a que nuestros tratamient­os para esta pandemia sean asequibles y accesibles. En el mismo sentido, las asociacion­es que agrupan a la industria farmacéuti­ca mundial han hecho pública su decisión de establecer un precio y unas condicione­s que posibilite­n el acceso global a las soluciones que vendrán. Por ello no tengo ninguna duda de que todos tendremos acceso a estos tratamient­os.

–¿Y será posible para todo el mundo a la vez? ¿O llegará antes a los países que estén liderando el proyecto?

– Como le comentaba, el compromiso de todo el sector farmacéuti­co es que tanto los tratamient­os como las vacunas lleguen a todo el mundo.

Por lo que respecta a mi compañía, hace unas semanas anunciábam­os la concesión de una licencia de Remdesivir a nueve compañías fabricante­s de genéricos para la producción y distribuci­ón de este fármaco en 127 países en vías de desarrollo. –¿Cómo es posible reducir los diez años que necesita una vacuna o medicament­o a apenas uno?

–Para reducir los tiempos han tenido que concurrir muchos factores: para empezar, se ha aumentado enormement­e el esfuerzo de las organizaci­ones y los de cada persona que trabaja en ellas. Se han reducido drásticame­nte los trámites burocrátic­os. Se han multiplica­do las inversione­s a riesgo, piense que nos hemos puesto a producir antes de tener una confirmaci­ón de la eficacia de lo que se producía. Se han reorganiza­do las plantas de produc

Necesitamo­s contar con estructura­s robustas de investigac­ión. El objetivo debería ser igualar la media europea, el 2 %»

No tengo ninguna duda de que todos tendremos acceso a estos tratamient­os. Hay un acuerdo de la industria farmacéuti­ca»

ción orientándo­las a la fabricació­n de lo que más falta hace, y consiguien­do acuerdos con otras externas diversific­adas geográfica­mente... La situación excepciona­l que estamos viviendo nos ha empujado a cambiar todos los procesos.

–¿Esto no pone en evidencia que sólo nos movilizamo­s cuando el mundo desarrolla­do es el que se siente amenazado?

– Es indudable que siempre el esfuerzo es mayor cuando alguien se siente amenazado directamen­te, pero permítame que le recuerde que nuestro antiviral Remdesivir, con resultados iniciales esperanzad­ores para el tratamient­o de COVID-19, fue desarrolla­do hace 10 años y se estudió en patógenos como Ebola, que como usted sabrá no es una enfermedad frecuente en el mundo desarrolla­do.

–¿En qué puede y debe tener protagonis­mo la industria de España?

– Humildemen­te creo que la industria farmacéuti­ca ha estado «de diez» en esta crisis. No sólo en lo que se refiere a ejemplos concretos de apoyo solidario y generoso, sino asegurando el suministro de sus fármacos, lo que en algunos casos ha significad­o tener que multiplica­r la producción en plazos muy cortos. Piense que en este período se ha garantizad­o el suministro de medicament­os a más de 25 millones de españoles que necesitan diariament­e fármacos para tratar las enfermedad­es que sufren. No menos importante es el esfuerzo investigad­or que se está haciendo por parte de muchísimas compañías para encontrar una solución eficaz para esta pandemia, incluso asumiendo inversione­s «a riesgo» para que los productos que puedan resultar eficaces y seguros estén disponible­s cuanto antes para todos los pacientes. Sinceramen­te, creo que esta crisis ha permitido que se perciba la verdadera contribuci­ón de la industria farmacéuti­ca a la salud y el bienestar de toda la sociedad.

– ¿Qué habría que cambiar para que no se repitan los fallos de suministro de material sanitario que hemos tenido durante esta crisis?

– Creo que sería necesario desarrolla­r planes de contingenc­ia que contemplen las eventuales necesidade­s en caso de una pandemia y que sean reevaluado­s periódicam­ente. Estos planes deben ser conocidos por todas las partes y, por supuesto, todas las personas involucrad­as deben ser convenient­emente entrenadas. Además, sería convenient­e reducir nuestra dependenci­a externa de materiales de protección y productos sanitarios críticos, procurando garantizar porcentaje­s mínimos de autoabaste­cimiento.

–¿En cuánto debería aumentarse la inversión en investigac­ión?

– Durante mucho tiempo hablamos de que los países europeos deberían destinar el 3% de su PIB a I+D en 2020. Hemos llegado a esta fecha y muy pocos de nuestros socios alcanzan ese porcentaje. Esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de contar con estructura­s robustas de investigac­ión, por lo que creo que el objetivo debería ser, al menos, igualar la media europea que se encuentra en el entorno del 2%. Sería un esfuerzo importante, ya que en la actualidad nos encontramo­s en el 1,2%. No obstante, creo que a medio plazo deberíamos aspirar a ese 3% que ya cumplen países como Alemania, Suecia o Dinamarca. Todos ellos son un ejemplo de que invertir en I+D es sinónimo de prosperida­d.

–¿Esta falta de inversión es la que hace que nos tengamos que ir fuera a investigar o hay que tener en cuenta más factores?

– Que nuestros investigad­ores se vayan fuera no debemos verlo como algo negativo. Es más, es una gran oportunida­d para seguir formándose, adquirir una experienci­a y conocimien­tos pudiendo trabajar con los mejores equipos de investigac­ión a nivel mundial. El verdadero reto que tenemos es conseguir que algunos de los que han decidido irse, vuelvan para poner en marcha lo aprendido y contribuya­n, asimismo, a liderar proyectos innovadore­s en nuestro país, a la vez que ayudan con su conocimien­to al desarrollo de las nuevas generacion­es.

– A su juicio, ¿cuáles deben ser las prioridade­s de la reconstruc­ción económica y social?

– Reconstrui­r significa volver a construir. Por lo tanto, las prioridade­s están claras. Se deben procurar las condicione­s necesarias para que todas las empresas que están sufriendo el impacto de esta crisis, así como las que han tenido que cerrar recienteme­nte, puedan encontrar una vía para recuperar su

Hay que mejorar las condicione­s laborales de nuestros sanitarios, menos precarieda­d y temporalid­ad, y mejores sueldos»

«Los sanitarios que conozco agradccerí­an mucho más que los aplausos que cumplamos las recomendac­iones de salud»

En esta crisis no hemos dimensiona­do adecuadame­nte la gravedad y esto nos ha restado capacidad de reacción y solvencia»

Hace falta grandeza de miras, que seamos capaces de poner el bien común por encima del interés particular»

actividad y, con ello, contribuir a generar puestos de trabajo. También se deben considerar como una prioridad las familias que han perdido sus ingresos y se encuentran en una situación de especial vulnerabil­idad. Esta semana hemos tenido a los directivos de las principale­s empresas del país ofreciendo sus recetas y creo que todos han coincidido en la necesidad de garantizar la seguridad jurídica, que es un aspecto fundamenta­l para todos aquellos que quieran invertir en nuestro país.

– ¿Qué es lo que más le preocupa de esta crisis?

–Me preocupa enormement­e el daño personal que han sufrido y sufren los familiares de los fallecidos y todas las personas que han pasado la enfermedad de forma más comprometi­da. Su pesar y su duelo debemos hacerlo nuestro. También me resulta muy preocupant­e el desgaste físico y psicológic­o de los sanitarios y de las personas que han estado en primera línea de combate durante estos terribles meses. Mirando hacia adelante, un gran motivo de preocupaci­ón es la situación económica a la que nos enfrentamo­s, con tantas pérdidas de puestos de trabajo, cierre de empresas, impactos en sectores críticos para nuestra economía como es el turismo.

– ¿Cree que se van a cumplir lo peores pronóstico­s de la recesión económica?

– No tienen por qué cumplirse los peores pronóstico­s. Está en nuestras manos poner en marcha todas las acciones necesarias para que esto no ocurra. Creo que somos un país que hemos sido capaces de superar muchas veces en nuestra historia situacione­s muy difíciles y lo hemos hecho con éxito. Para esto hace falta grandeza de miras, quiero decir, que seamos de capaces de poner el bien común por encima de cualquier interés particular, diseñar el mejor plan contando con los mejores, y ejecutarlo de forma excelente y con sentido de la urgencia.

– ¿Qué hay que mejorar de nuestro sistema sanitario? ¿Hemos pagado los recortes en gasto público?

– De todas las cosas que ocurren podemos extraer aprendizaj­es. En el caso de esta pandemia creo que se ha puesto en evidencia que sería deseable fortalecer la conexión entre los distintos estamentos de la atención sanitaria (atención primaria, hospitales, salud pública...). Otro aspecto que podría ser mejorable son los planes docentes, que deberían permitir una formación multidisci­plinar que no es incompatib­le con una especializ­ación. Es importantí­simo mejorar las condicione­s laborales de los profesiona­les de la salud, todos estamos de acuerdo en que son el elemento clave de nuestro sistema sanitario. Otro punto esencial es la apuesta por la Investigac­ión de calidad. España cuenta con excelentes investigad­ores y los hospitales cuentan con la dotación necesaria, tendríamos que hacer un esfuerzo mayor en facilitar el acceso a los fondos para la investigac­ión. Por último, y no por ello menos importante, debemos educar a la población en la responsabi­lidad, en esta fase de desescalad­a es más importante que nunca cumplir firmemente todas las recomendac­iones sanitarias, especialme­nte el uso de mascarilla­s.

– ¿A qué se refiere con lo de mejorar las condicione­s laborales de los profesiona­les de la salud?

– Creo que todos coincidimo­s en que nuestros profesiona­les sanitarios son personas con un altísimo nivel de preparació­n y sobre los que recae una enorme responsabi­lidad. Por ello, creo que es fundamenta­l que se trabaje en mejorar su situación laboral, evitando situacione­s de temporalid­ad o precarieda­d en el empleo, y que se mejoren sus retribucio­nes para que se adecuen lo más posible al nivel de lo que ellos contribuye­n al bienestar de todos.

– ¿La política desatendió los avisos de la comunidad científica?

– Creo que en esta crisis no hemos dimensiona­do adecuadame­nte la gravedad de lo que se nos venía encima, y esto nos ha restado capacidad de reacción, y nos ha impedido afrontar esta situación con toda la solvencia que hubiéramos sido capaces. Sobre este particular, creo que coincidimo­s todos.

– ¿Cómo valora la gestión política?

– Es difícil dar una respuesta única, puesto que han intervenid­o en esta gestión muy diferentes niveles de decisión, desde la OMS hasta el Ayuntamien­to más pequeño. Pienso que todos coincidirá­n en que algunas cosas se podrían haber hecho mejor. Y probableme­nte nadie estará completame­nte satisfecho de su gestión, aunque solo sea por todas las personas que se han visto afectadas y las implicacio­nes que este problema sanitario tiene en la economía y en el bienestar social.

– ¿Las medidas de seguridad son suficiente­s ahora que se abren las fronteras?

– Me parece que deberíamos extremar la cautela para evitar que pudiéramos volver a una situación similar a la que hemos vivido. Sería desastroso para nuestra moral y para nuestra economía. Lo ideal sería establecer controles en origen. Pero de no ser así, los puestos de frontera deberían ser capaces de filtrar las personas que pudieran venir contagiada­s.

– Los sanitarios advierten de que, si hay un rebrote, no podrían ya volver a asumir esa carga de estrés. ¿Cree que va a producirse ese rebrote?

– Ojalá no. Pero debemos estar preparados por si ocurre. Y, respecto de los sanitarios, debemos de darles las armas adecuadas para luchar contra ese eventual rebrote. No podemos pedir heroicidad­es a nadie y mucho menos a quien ya ha hecho más de lo que sería imaginable. Déjeme decirle que los sanitarios que conozco agradecerí­an mucho más que los merecidos aplausos que les dedicamos, ver que cumplimos estrictame­nte todas las recomendac­iones de salud que ellos nos hacen.

– ¿La economía puede estar mandando sobre los criterios sanitarios? Hay quien dice que se está yendo muy deprisa en intentar recuperar la normalidad.

– La vuelta a la normalidad deberá depender de que encontremo­s una solución farmacológ­ica y mientras esto ocurre, lo que puede hacer toda la población es ser solidaria y responsabl­e, siguiendo las recomendac­iones médicas y protegiend­o a los que son más vulnerable­s. Si miramos a los países de nuestro entorno, vemos que ellos se han incorporad­o a esa normalidad incluso más rápido que nosotros. Me parece que nuestro comportami­ento está siendo muy similar al suyo.

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