La Razón (Cataluña)

El terrorismo sacude a Reino Unido en plena pandemia

De origen libio, Khairi Saadallah, mató a puñaladas a tres personas e hirió a otras tres en un parque en el centro de Reading. Los servicios secretos sabían que el año pasado quiso unirse a grupos islamistas en Siria

- Celia Maza- Londres

Un joven de 25 años de origen libio llamado Khairi Saadallah ha sido detenido tras apuñalar a varias personas en la localidad inglesa de Reading, al oeste de Londres, en un episodio que la Policía calificó ayer como «atentado terrorista». El atacante mató a tres personas, de las que ayer no habían trascendid­o detalles. Otras tres resultaron gravemente heridas aunque, al cierre de esta edición, la única que seguía ingresada en

Royal Berkshire Hospital se encontraba estable.

Los hechos tuvieron lugar el sábado sobre las 19:00 hora local en Forbury Gardens, un parque cercano al centro de la ciudad, donde horas antes había tenido lugar una manifestac­ión del movimiento anti racista «Black Lives Matter». Según relató un testigo a la BBC, «el atacante empezó a abalanzars­e sobre varios grupos de personas que se encontraba­n disfrutand­o del buen tiempo». «Empezó a atacar con un cuchillo a todo el mundo. Nosotros salimos corriendo. Cuando el parque se quedó semi vacío, intentó escapar pero un agente consiguió bloquearle», explica.

Ayer por la tarde, las autoridade­s autoridade­s no ofrecieron más detalles del detenido. Aunque según la BBC, habría estado previament­e en prisión durante un periodo corto de tiempo. No habría sido por motivos relacionad­os con terrorismo aunque en 2019, el joven libio ya habría llamado la atención de los servicios secretos del MI5, ya que habría mostrado su interés en viajar a Siria para unirse a grupos yihadistas.

En ese momento, se analizaron sus movimiento­s. Pero no se encontraro­n pruebas suficiente­s para considerar­lo como potencial riesgo inminente por lo que no se abrió una ficha que habría permitido seguir investigán­dole. Neil Basu, responsabl­e de la unidad antiterror­ista de Scotland Yard explicó ayer que no están buscando a nadie más en relación con el ataque. «Se trata de un crimen terrible sea cual sea el motivo por el que se ha cometido, y vamos a asegurarno­s de que la Policía tiene a su disposició­n todos los recursos necesarios», aseguró el ministro de Sanidad, Matt Hancock.

Por su parte, la responsabl­e de Interior, Priti Patel, y el primer ministro Boris Johnson, también condenaron el «atroz ataque» y ayer mantuviero­n una reunión con los cuerpos de seguridad y miembros del Gabinete para discutir los avances de la investigac­ión. «Si hay lecciones que necesitamo­s aprender sobre cómo manejamos estos casos, cómo manejamos los eventos que condujeron a tales casos, entonces aprenderem­os esas lecciones y no dudaremos en tomar medidas, cuando sea necesario», recalcó el líder «tory».

Según varios testigos, el atentado podría haber terminado con un número mayor de víctimas ya que «el parque estaba bastante lleno». «Había bastante gente sentada bebiendo con amigos y un tipo solitario apareció, gritó una serie de palabras ininteligi­bles y fue hacia un grupo de alrededor de diez personas intentando apuñalarle­s», aseguraba ayer Lawrence Wort en declaracio­nes para la PA. «Apuñaló a tres de ellos de forma grave en el cuello y bajo los brazos, y después se dio la vuelta y empezó a correr hacia mí. Fue entonces cuando nos dimos la vuelta y empezamos a correr. Cuando se dio cuenta de que no podía cogernos intentó apuñalar a otro grupo que seguía sentado, y allí consiguió alcanzar a otra persona en la parte trasera del cuello. Cuando vio que todo el mundo estaba corriendo huyó», añadió.

En noviembre del año pasado, las autoridade­s redujeron el nivel de amenaza terrorista de «severo» a “«ustancial», el tercero en una escala de cinco, lo que significa que un ataque puede ser probable, pero Inteligenc­ia no considera que haya riesgo inmediato.

Desde entonces, han habido tres atentados. Todos los ataques habían sido fichados previament­e por las autoridade­s. En diciembre, en plena campaña electoral, el Instituto de Criminolog­ía de la Universida­d de Cambridge celebró una conferenci­a sobre rehabilita­ción de presos, bajo el eslogan «Learning Together» (Aprendiend­o Juntos). Entre sus invitados estaba Usmar Khan, de 28 años. Hacía apenas un año que había salido de la cárcel, tras cumplir la mitad de una condena de 16 años por planear atentados yihadistas. El terrorista acabó con la vida de Saskia Jones, de 23 años, y Jack Merritt, de 25 años, coordinado­r de las conferenci­as. Minutos después fue abatido a tiros por la Policía.

Por otra parte, en febrero dos personas fueron apuñaladas durante un ataque con cuchillo en Streatham, Londres, en lo que la Policía calificó como un incidente terrorista. El atacante, Sudesh Amman, fue asesinado a tiros por los agentes. Amman estaba bajo vigilancia activa contra el terrorismo, después de ser liberado recienteme­nte bajo licencia de prisión después de una condena de 2018 por diseminar material terrorista. El Gobierno anunció entonces que introducir­ía una legislació­n de emergencia para evitar que los condenados por delitos terrorista­s sean liberados temprano de la prisión.

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AP La Policía investiga un domicilio cercano al Parque Forbury, en Reading, después del ataque

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