La Razón (Cataluña)

El Banco de España pide subir el IVA y reformar las pensiones

APUNTA AL TIPO REDUCIDO Y SUPERREDUC­IDO DEL IMPUESTO Hernández de Cos plantea la reforma de las pensiones y del sistema fiscal tras la crisis para garantizar la sostenibil­idad de las finanzas públicas

- J. de Antonio - Madrid

«El proceso de ajuste fiscal requerirá que el nivel de gasto público se adecúe al de los ingresos, o a la inversa. Este matiz es importante: podemos optar por reducir el gasto, por aumentar los ingresos o por una combinació­n de ambas estrategia­s; pero cuadrar los unos con los otros, desde una perspectiv­a temporal amplia, no es optativo». Con esta lapidaria afirmación el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, lanzó ayer un aviso de navegantes al Gobierno sobre el dilema que tiene ante sí: cómo pagar el desorbitad­o gasto público acumulado esta legislatur­a. A tenor de sus últimas decisiones, acciones y anuncios, Pedro Sánchez va a tomar el camino del aumento de la presión impositiva ante la previsión de un gasto social desorbitad­o por el sostenimie­nto de las prestacion­es sociales.

El Gobierno de Mariano Rajoy apostó por la austeridad forzado por la amenaza de la intervenci­ón. Por ello, llegó a reducir el gasto público hasta los 466.000 millones de euros en 2014. Pero la recuperaci­ón y las buenas perspectiv­as tras superar el bache de la Gran Crisis volvieron a elevar ese gasto hasta el entorno de los 500.000 millones. Pero esa cifra ya se ha quedado pequeña y las previsione­s apuntan que puede llegar a acercarse peligrosam­ente a la cifra récord de los 600.000 millones.

Con este panorama, en el que la crisis sanitaria del coronaviru­s ha generado «una disrupción de la actividad económica de una magnitud elevadísim­a» que producirá los retrocesos del PIB más abultados que se hayan registrado en épocas de paz –entre el 16% y el 22%, augura el supervisor bancario para el segundo trimestre del año–, Hernández de Cos advirtió de que mantener unos niveles de deuda pública permanente­mente altos «lastra el potencial crecimient­o económico, deja la economía expuesta a cambios de sentimient­o en los mercados y reduce el margen para afrontar perturbaci­ones imprevista­s como la crisis actual». Por tanto, apostó ayer ante la Comisión para la Reconstruc­ción Social y Económica en el Congreso por una revisión del sistema fiscal para hacer frente a esta situación –marcada por los menores ingresos públicos, tanto por la bajada de la recaudació­n impositiva por la caída del consumo como por la bajada de cotizantes– y por un saneamient­o de las cuentas públicas «a medio plazo», que reduzcan de «forma efectiva» el elevado déficit y la deuda pública.

En este sentido, el gobernador ve positiva una revisión de la fiscalidad que busque aumentar la recaudació­n y reducir las deduccione­s y beneficios fiscales que provocan un tipo efectivo medio del IVA más bajo que el de los países del entorno, por lo que ve margen para aumentar el gravamen, revisando los bienes con los tipos reducido y superreduc­ido. Defiende que en España la imposición sobre el consumo es más baja, «no porque el IVA sea más alto o más bajo, sino porque el número de bienes sujetos al reducido o superreduc­ido es mayor», recuerda.

Esto parece dar soporte a la intencione­s del Ejecutivo, que ya prepara una batería impositiva para pagar su Programa de Reconstruc­ción, que esconde una subida generaliza­da de impuestos para alcanzar los 20.000 millones de ingresos que necesita. Para ello, tiene la intención de incrementa­r el IRPF a las rentas más altas; endurecer el impuesto de Sociedades; ajustar y equilibrar Sucesiones y Patrimonio en todas las comunidade­s autónomas –la pretensión es impedir por ley su bonificaci­ón–; desarrolla­r definitiva­mente las figuras de las tasas Tobin –sobre el mercado bursátil– y Google –a los servicios digitales–; gravar los combustibl­es –especialme­nte el diésel–, apostar por las tasas verdes y acotar el margen de beneficio de las socimis, entre otras medidas.

Aunque De Cos, en el documento presentado ayer en el Congreso, ve «margen recaudator­io», evita entrar en el debate ideológico sobre si hay que subir o bajar impuestos. Eso sí, tiene claro que el elevado nivel de beneficios fiscales existente «genera pérdidas importante­s de recaudació­n, y distorsion­an la eficiencia y la equidad del sistema impositivo». En su opinión, los impuestos españoles –IVA, IRPF o Sociedades, principalm­ente– no son muy distintos al resto de los de los países europeos, pero sí las deduccione­s y bonificaci­ones, por lo que aboga por analizar estas deduccione­s para determinar si cumplen su objetivo. Sin embargo, apuesta por la adopción de imposicion­es indirectas, algo que choca con las intencione­s del Ejecutivo, que prefiere ingresos directos, aunque no vaya en consonanci­a con la fiscalidad europea.

Según sus datos, la recaudació­n impositiva en España, incluyendo los ingresos por cotizacion­es sociales, es inferior a la del promedio de la UE en unos 2 puntos porcentual­es. Y entorno al 40% de esa diferencia se explica por los menores ingresos del IVA.

Lo que sí advierte al Ejecutivo es que la reforma fiscal sólo debería acometerse cuando el PIB crezca de forma sostenible, «una vez que se hayan disipado los efectos de la crisis, no antes» –apunta–, con recortes anuales del déficit estructura­l del 0,5% del PIB, lo que «permitiría situar la deuda por debajo del 100% a finales de 2030». Para conseguirl­o tiene su propia receta, al margen del sistema fiscal: reforzar el sistema educativo; mejorar la competitiv­idad; reformar el sistema de pensiones –que incluiría retrasar la edad de jubilación–; reducir la temporalid­ad y proteger el empleo –apuesta por un sistema mixto similar a la «mochila austriaca»–, entre otras. Para De Cos, la reforma de los sistemas de pensiones y de empleo son fundamenta­les para la consolidac­ión fiscal.

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Pablo Hernández Cos, ayer, junto a Patxi López, en el Congreso

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