La Razón (Cataluña)

Encierro en el Land del matadero

MÁS DE 600.000 ALEMANES RETROCEDEN A «FASE CERO» El gobernador de Renania Norte Westfalia, el estado más industrial­izado y que más presionó por la reapertura, pone en cuarentena dos localidade­s por el repunte de contagios

- Rubén Gómez del Barrio- Berlín

Si Alemania se hubiera regido por el sistema de fases para contener el coronaviru­s, una parte de Renania del Norte-Westfalia –el estado más poblado e industrial­izado del país-, pasó ayer de una aparente normalidad a la «fase cero». Así lo ordenó el gobernador del «Land» Armin Laschet que impuso cuarentena obligatori­a para las 360.000 personas que viven en la ciudad de Gütersloh como para las 280.000 que viven en la cercana localidad de Warendorf, donde el nivel de infeccione­s alcanzó la cifra de 68 por cada 100.000 habitantes, muy por encima del límite de 50 impuesto por las autoridade­s sanitarias. Ambos distritos, que suman en total más de 600.000 personas, se han visto afectados de manera similar por el brote de coronaviru­s registrado en el matadero de la empresa Tönnies, donde hasta la fecha se han contabiliz­ado más de 1.500 contagios, en el mayor rebrote de la enfermedad en el país europeo. Del total de positivos, 21 pacientes se encuentran hospitaliz­ados, de los cuales seis están en la unidad de cuidados intensivos y dos de ellos requieren la asistencia de un respirador.

«Eso nos permitiría decir que el foco está localizado, pero vamos a dar un paso más y ordenar el cierre de la vida pública para el distrito de Gütersloh, con el objetivo de calmar y obtener claridad sobre la situación general», aseguró Laschet en una comparecen­cia en Düsseldorf. De este modo, las autoridade­s ordenaron el cierre de bares, museos, galerías de arte, cines, salas deportivas, gimnasios y piscinas así como la prohibició­n de picnics y barbacoas. Los restaurant­es seguirán abiertos, aunque estarán sometidos a numerosas limitacion­es.

Esas medidas comenzarán a regir a partir de hoy y se extenderán hasta el 30 de junio siempre y cuando la situación mejore, según indicó Laschet, que evitó concretar en cifras cómo se mediría el éxito de las restriccio­nes. «Por primera vez en Renania del Norte-Westfalia y en Alemania, vamos a volver a las medidas que se aplicaban hace algunas semanas», añadió el gobernador, en lo que muchos ya ven como un importante revés para Laschet, posible sucesor de la canciller Angela Merkel y partidario desde hace semanas de una flexibiliz­ación de las normas de confinamie­nto para ayudar a reactivar la economía.

Renania del Norte-Westfalia es la primera región alemana que vuelve a las restriccio­nes después de que el país iniciara la desescalad­a de forma gradual a lo largo del mes de mayo. Una medida que llega poco antes de que comiencen las vacaciones de verano y que supone un regreso a la situación de varias semanas atrás pero que, sobre todo, supone un mazazo para la imagen de un país que fue elogiado de forma generaliza­da por su gestión de la pandemia. Un gran número de pruebas diagnóstic­as, el rastreo de casos y la preparació­n de los hospitales mi

Zona roja de Tönnies

En la planta cárnica se han registrado 1.500 casos, 21 están hospitaliz­ados y 6 permanecen en estado crítico

tigaron el brote y lograron una tasa de mortalidad en Alemania cinco veces menor que la británica, uno de los países más afectados.

En cuanto a la empresa cárnica, se procedió a su cierre y al aislamient­o inmediato de sus 7.000 empleados, aún sin haberles hecho el test pertinente. Igualmente se procederá a hacer tests a todos los afectados y al mayor grupo de posibles contactos (unas 100.000 personas en total). Parte de los trabajador­es son procedente­s de Rumanía y Bulgaria, a los que Laschet garantizó una «atención cuidadosa», atendiendo a las dificultad­es que supone su situación de cuarentena, lejos de sus familias. Asimismo, las autoridade­s regionales elaboraron un paquete de cinco medidas que incluyen la reducción de los contactos al núcleo familiar u otras formas de convivenci­a en un hogar y el cierre de locales e instalacio­nes públicas y privadas, así como actividade­s donde no es obligatori­o el uso de mascarilla.

También se «forzará» el cumplimien­to de la cuarentena y, por otra parte, se ampliará la realizació­n de test a todos los grupos vulnerable­s, a todos los empleados en empresas cárnicas y a todo ciudadano interesado en conocer su estado. Los agentes de Policía ofrecieron ayuda humanitari­a a los ciudadanos afectados por el confinamie­nto. De hecho, las cadenas de televisión, mostraron ayer imágenes de personas presentada­s como empleados del matadero, esperando detrás de vallas de metal a que los policías, que portaban guantes y máscaras, les suministra­ran víveres y bebidas.

Brote en Berlín

Por otro lado, y en colaboraci­ón con la Cámara de Industria y Comercio, se determinar­á qué otras empresas cuentan con trabajador­es subcontrat­ados y alojados en instalacio­nes compartida­s y se les llamará a testear también a sus empleados de manera «profilácti­ca» y «preventiva». Al foco en torno a la empresa cárnica Tönnies se suman brotes registrado­s en un bloque de viviendas de Gotinga y de un barrio de Berlín, que han disparado el factor de reproducci­ón de la Covid-19 a valores por encima del 2,03, pese al bajo cómputo de nuevas infeccione­s en el conjunto del país.

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EFE Paramédico­s y militares prestan atención a los trabajador­es de la empresa cárnica confinados en sus residencia­s tras el fuerte brote de coronaviru­s

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