Al borde del desastre
Los de Laso no comparecieron ante el Andorra y fueron una caricatura durante muchos minutos
DosDos derrotas en cuatro jornadas han situado al Real Madrid al borde de la eliminación en la fase final de la ACB. La caída ante el MoraBanc Andorra fue una reedición de la derrota ante el San Pablo Burgos. Los de Laso no aparecieron y como su trayectoria es un monumento a la irregularidad llegan a la última jornada al borde de la eliminación. Hasta cuatro equipos van a alcanzar la última jornada igualados con dos victorias y entre ellos está el Madrid. Los cruces de mañana son: Burgos-Andorra, Gran Canaria-Valencia y Real Madrid-Zaragoza. Los blancos están obligados a ganar y a esperar otros resultados para alcanzar las semifinales donde ya esperan Barcelona y Baskonia.
Laso se daba uno de esos paseos tan habituales en su particular jaula en la banda y decía: «No estamos jugando, no estamos jugando». Estaba cargado de razón. Todo lo que no jugaron los suyos lo hizo el MoraBanc Andorra.
Los andorranos están en la fase final sin sus dos referencias interiores –Diagné y Musli– así que con su ejército de bajitos lo tuvieron clarísimo y fueron una tortura para el Madrid. De las cosquillas iniciales con tiempo de reacción por delante se pasó a una pesadilla insufrible para los blancos. La intensidad y una actividad frenética fueron argumentos suficientes para descolocar al Madrid. Si a eso se le suma el acierto que mostró el Andorra en el tiro exterior se puede explicar lo que sucedió en los dos capítulos iniciales.
Un parcial de 0-10 fue el primer aviso. El Madrid no era el de los explosivos arranques ante Herbalife y Valencia. Fallaba la puntería y una de las estadísticas más relacionadas con el deseo, el rebote, era también para el Andorra. De ahí que las diferencias empezaran a crecer. Siete al final del primer cuarto, diez en el arranque del segundo, catorce antes del descanso, quince en el comienzo del tercero (51-36)... Ibón Navarro, el técnico andorrano, había advertido advertido a los suyos: «Estamos controlando el rebote, teniendo buenos porcentajes de acierto, controlando las pérdidas... pero con el Madrid todo esto puede cambiar en tres minutos». Eso con un Madrid normal. Pero el de ayer no fue ni medio normal. Navarro esperaba más intensidad de los blancos. No la hubo. Su equipo resistió la primera embestida (60-54). En realidad fue la última. La reacción ante la amenaza sirvió para fortalecer su plan de partido y para que el Madrid empezara a preguntarse qué hacer. El banquillo blanco era un funeral y como el Andorra se lo creyó, el Madrid se topó con un muro para afrontar el último cuarto (71-58).
No hubo un segundo en el que se vislumbrase una reacción. Laso probó todo, pero el Madrid era un grupo plano. El Andorra volaba y se presentó en los cinco minutos finales con una impensable diferencia de 20 puntos, sí 20 arriba (83-63). «Han hecho un partido muy físico y no hemos sabido adaptarnos. Han sido mejores», reconoció Laso.
«NO ESTAMOS JUGANDO» LA FRASE DE LASO EN EL SEGUNDO CUARTO ES EL MEJOR RESUMEN DE LA DERROTA DEL MADRID