Calviño formaliza su candidatura para presidir el Eurogrupo
Presenta su candidatura a presidir el club europeo de ministros de Finanzas Competirá con el luxemburgués Gramegna y el irlandés Donohoe en la votación del 9 de julio
El guion se ha cumplido y los tres aspirantes que figuraban en todas las quinielas dieron ayer un paso al frente para sustituir al portugués Mario Centeno como presidente del Eurogrupo. La más madrugadora fue la candidatura de la española Nadia Calviño, que deberá competir contra el luxemburgués del Partido liberal Pierre Gramegna y el conservador irlandés Paschal Donohoe. La terna de candidatos, con las tres familias políticas europeas mayoritarias representadas, muestra la importancia de los equilibrios ideológicos y territoriales en estas carreras dentro los cargos comunitarios.
El Norte, enfrente
El proceso de elección culminará el 9 de julio en una reunión del Eurogrupo en la que Calviño deberá conseguir 10 de los 19 apoyos de los miembros de la moneda única en una votación secreta. Aunque estos días puede haber cambios de posiciones de última hora, Calviño cuenta a priori con el apoyo del eje franco-alemán (sobre todo el ministro de Finanzas socialdemócrata alemán, Olaf Scholf) y los países del sur como Grecia e Italia. Como posibles opositores, los denominados países nórdicos de la liga hanseática, firmes partidarios de ortodoxia fiscal y que pueden poner palos en sus ruedas.
En el comunicado a través del que el Gobierno difundió la candidatura de Calviño se destaca que el Eurogrupo es un órgano «clave para la cooperación entre los miembros de la zona euro y la construcción de una Europa más fuerte y unida» y se dice que de obtener este cargo sería «una responsabilidad que nunca ha ejercido España y que tampoco ha desempeñado antes una mujer».
Aunque la actividad del Eurogrupo ha estado prácticamente paralizada durante los últimos años debido a los pocos avances en la reforma de la zona euro, la pandemia del coronavirus y los estragos económicos han vuelto a situar este foro como un órgano de máxima importancia.
Para convertirse en presidenta del Eurogrupo es condición indispensable ser titular de Finanzas de uno de los países de la zona euro. Esto permite a Sánchez no tener que hacer ninguna remodelación de Gobierno en caso de que la vicepresidenta sea elegida. A su vez, de obtener el puesto, blindaría a Calviño de cara a futuros futuros cambios en el Ejecutivo.
Con este paso al frente, el Gobierno de Pedro Sánchez renuncia de manera implícita a la candidatura de la titular de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, para presidir la Organización Mundial del Comercio. Una circunstancia que puede acabar despejando el futuro de Calviño, ya que el comisario irlandés de Comercio, Phil Hogan, ha mostrado su interés en este puesto. Esto podría propiciar un cambio de cromos si Donohoe acaba retirando su candidatura tras la primera ronda de votación en caso de no contar con los suficientes apoyos. Además, el candidato conservador tiene la desventaja de que la formación de Gobierno en su país pende de un hilo.
Candidato de consenso
Gramegna es un viejo conocido en los pasillos comunitarios y ya se presentó a este puesto cuando fue elegido Mario Centeno. Cuenta como ventaja el representar a un país pequeño como Luxemburgo, con gran capacidad para hacerse con puestos de importancia debido a su pequeño tamaño (Jean Claude Juncker fue el primer presidente del Eurogrupo durante 13 años y posteriormente presidente de la Comisión Europea) y puede convertirse en el candidato de consenso entre diferentes facciones en caso de fuerte división.
Es la segunda vez que España intenta hacerse con este puesto después de que el entonces titular de Economía español, Luis de Guindos, intentara sustituir al holandés Jeroen Dijsselbloem en 2015 y acabara perdiendo esta votación. Al termino del mandato del holandés, De Guindos declinó volver a presentarse y optó por centrar sus esfuerzos en la carrera para la vicepresidencia del BCE que ostenta ahora.