Y SIN EMBARGO SE MUEVE
SiSi tomamos como referencia de la salud de la política en España, el pleno y los debates en el Congreso, la conclusión es clara: inflamación general y fiebre alta. Por momentos las sesiones de control al Gobierno se convierten en una serie de juveniles tik tok, con mucha mala sombra y peores intenciones. Afortunadamente hay vida más allá de la espuma de los debates y la contundencia de las declaraciones. En el Congreso y en el Senado, templos por excelencia de la palabra, lo que al final cuentan son los votos. Y estos últimos días hemos tenido buenos ejemplos de acuerdos en los que han coincidido el Gobierno con una parte importante de la oposición. No es menor que el PP haya votado el Decreto de nueva normalidad presentado por el Gobierno. También es importante que en la Comisión de Reconstrucción se vayan a aprobar unas conclusiones votadas por el PSOE, Podemos, Ciudadanos y otros grupos. A ello hay que añadir que el PP está negociando el apoyo a las conclusiones de sanidad y salud pública. Si al final salen unas propuestas útiles para el futuro, con un voto transversal y significativo, habrá merecido la pena que los partidos hayan flexibilizado sus posiciones. La semana parlamentaria ha deparado que PSOE y PP hayan coincidido en rechazar comisiones parlamentarias de investigación, impulsadas con una clara intencionalidad de tensar aún más la compleja situación política que vivimos. Por último, el apoyo de Ciudadanos y PP a la candidatura de Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo es una buena noticia, que devuelve el tradicional consenso que en política europea tantas veces ha existido entre el PSOE y el PP. Ivan Krastev mantiene en «¿Ya es mañana?» que las enfermedades no nos transforman, pero ayudan a captar el verdadero rostro de nuestras sociedades. Quizás, y a pesar de las apariencias, también muchos políticos hayan empezado comprender la gravedad de la situación y empiezan a actuar en consecuencia.