El Banco de España alerta del peor segundo trimestre de la historia
Empeora en 84.000 millones los cálculos del Gobierno con un paro del 20% Montero recibe impasible la previsión del organismo: «Las horquillas son amplias»
El Banco de España ha vuelto a plantear un sombrío futuro en la economía española: «La posibilidad de que las consecuencias de la crisis tengan un componente duradero son evidentes». Esta es una de las graves conclusiones que ha realizado en su Informe Trimestral, en el que revisa las últimas cifras macroeconómicas y dicta sus previsiones. Y ambas cuestiones tienen mala pinta.
En sus nuevas proyecciones, publicadas en el Informe Trimestral de la Economía Española, en su Boletín Económico, advierte de que la caída del PIB se ha intensificado «notablemente» en el segundo trimestre y se ha apuntado una contracción intertrimestral cercana al 20%, con el paro disparado al 20% –en línea con el PIB– por las restricciones a la actividad y el confinamiento de la población. De esta manera, mantiene la horquilla ya avanzada el pasado 8 de junio, que establecía un retroceso del 16% para un escenario de recuperación temprana y del 21,8% para otro de recuperación gradual, pero empeora la del paro.
En ambos escenarios, el desplome se agudiza por la contribución negativa de la demanda nacional –tanto del consumo como de la inversión–, que llegaría a 13,8 puntos en el primero y a 18,8 puntos puntos en el segundo trimestre.
Tras conocer esta previsión, que se suma a la publicada el miércoles por el FMI –que otorgaba una caída del PIB para España este año del 12,8%–, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se mostró impasible y destacó que la previsión del Gobierno está dentro de los escenarios del Banco de España, que reflejan unas «horquillas amplias», en cuya proyección intermedia se encontraría la previsión del Gobierno para este año, que apunta a una caída de la economía española del 9,2%.
Sin embargo, según los escenarios planteados por el Banco de España, con un desplome en el segundo trimestre de entre el 16% y el 21,8%, provocaría un retroceso del PIB en el conjunto del ejercicio 2020 entre un 9% y un 11,6% en la media del año en los escenarios de recuperación temprana y gradual, pero que podría alcanzar incluso el 15,1% en una situación «de riesgo». Esto significa que empeora en seis puntos la previsión del Ejecutivo en el peor de los escenarios posibles, lo que sumarían 84.000 millones de euros perdidos. Solo al final de 2022, el nivel del PIB alcanzaría al previo a la crisis y confirmaría lo subrayado al principio, que «las consecuencias de la crisis tendrán un componente duradero», advierte el organismo.
Este desplome es el mayor de la serie histórica y el más elevado en comparación con el conjunto del área del euro «debido a la mayor severidad de las medidas aplicadas y al mayor peso de las actividades más expuestas a la interacción social en la estructura sectorial de nuestro país», en referencia a sectores como el turismo o la hostelería, fuertemente condicionados por las restricciones y el distanciamiento social, frente a otras economías. Sin embargo, al igual que manifestó la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en el Congreso, se empiezan a ver brotes verdes. El supervisor bancario cree que la situación de parálisis causante del desplome comenzó a revertirse con el inicio de la desescalada el pasado mes de mayo y ya observa «indicadores claros de reactivación», aunque a un ritmo inferior al periodo pre-covid.
En cuanto al empleo apunta que, tras las intensas caídas acumuladas a partir de mediados de marzo, éste habría empezado a mostrar una «cierta estabilización en mayo» gracias a la desescalada. La afiliación en la Seguridad Social mostró un avance de casi 190.000 personas respecto a finales de abril, siendo mejor en aquellas provincias más avanzadas en la desescalada. Sin embargo, el Banco de España advierte de que la tasa de desempleo «experimentará un aumento significativo en el segundo trimestre», ya que el paro registrado creció un 23,2% en el promedio de abril y mayo. «Este aumento sugiere que, tras llegar en el primer trimestre al 14,4% de la población activa, según la EPA, podría acercarse al 20% en el segundo», advirtiendo de que no se contabilizan como desempleados los trabajadores en ERTE.