Qué bruja eres
Dirección: Michael Goi. Guión: Anthony Jaswinski. Intérpretes: Emily Mortimer, Gary Oldman, Manuel García-Rulfo, Stefanie Scott. EE.UU, 2019. Duración:
84 minutos. Terror.
En este lamentable cuento de terror marino puede esperarse, en un delirio optimista, que el canto de las sirenas salga al rescate del relato, ofreciendo un marco mitológico a una historia a la que le faltan un par de golpes de timón. En otro momento parece que el modelo invocado será el de «Christine», en la que Stephen King imaginaba que el espíritu de un coche poseía al de su dueño. Esta vez el medio de transporte es un velero raído por mil y un naufragios y habitado por el espectro de una bruja que disfruta coleccionando niños (una especie de actualización anfibia de «La Llorona»), aunque para ello tenga que cepillarse a unos cuantos padres por el camino. El director Michael Goi va cambiando de referente en cuanto le conviene: a veces aparece un fantasma con dientes de espina, a menudo para dar un susto de los de la vieja escuela, y a veces es el espacio el que posee, como si le quisiera insuflar una vida que la puesta en escena nunca sugiere. Hay que ser muy hábil –no hablamos del Polanski de «El cuchillo en el agua» sino del Philip Noyce de «Calma total»– para sacarle provecho a ese exigente «huis clos», aislado en sí mismo por un mar que, aquí, oficia de testigo mudo, inútil, del desastre de un matrimonio (pobres Oldman y Mortimer) con dos hijas que busca una redención montando su propio negocio de turismo marítimo, y no un barco de la bruja. Para no sacrificar la sorpresa final, la película escoge una estructura procedimental, de interrogatorio que interrumpe cualquier atisbo de intensidad dramática en el proceso de enloquecimiento, caprichoso y progresivo, de los que viajan a bordo del Mary. Como si se hubiera reencarnado en el velero cochambroso que surca los mares del miedo sin otro rumbo que el naufragio, la película de Goi parece pertenecer a esos lotes de títulos directos a VOD que ahora llegan a los cines para testar quién teme volver a las salas en tiempos de la Covid-19.