La Fundación La Caixa y Acnur se alían para mejorar las vida de los refugiados
El Plan de Innovación para la Nutrición Infantil para reducir la mortalidad infantil en los campos de refugiados empoderando a la mujer
«Los niños que vivían en áreas densamente pobladas contaban con pocos servicios tenían más riesgo de sufrir obesidad”
Los índices de mortalidad entre la población infantil son excesivamente elevados y en este contexto, en 2017, la Fundación ‘la Caixa’, el comité español de ACNUR y la Agencia de la ONU para los Refugiados de Etiopía pusieron en marcha el Proyecto MOM con el fin de tratar y prevenir esa malnutrición en menores de 5 años mediante la aplicación de las nuevas tecnologías para maximizar la eficiencia de la distribución de recursos en el campo y recurriendo a la figura de la madre como agente comunitario de cambio.
Gracias a esta intervención, de la que en el último año se han podido beneficiar más de 138 mil menores de 5 años, se ha logrado reducir la tasa de mortalidad infantil en un 78,8% en la región de Gambella para pasar de un 0,8% en 2016 a 0,17% en 2019. Sin embargo, el coronavirus puede convertirse en un factor desequilibrante, el cual puede alterar de forma significativa la labor que se está llevando a cabo en la lucha contra la malnutrición en esta región.
En Etiopía, durante la última semana, el número de casos de COVID-19 se ha incrementado para registrar ya un total acumulado de 3.345, entre los que 545 pacientes se han recuperado y 57 han fallecido. Y pese a que a día de hoy las autoridades etíopes no han confirmado ningún caso de coronavirus entre los 733.125 refugiados en Etiopía, donde se están realizando test para diagnosticar a las nuevas llegadas en los principales puntos de entrada de refugiados de las fronteras con Sudán y Sudán del Sur, lo cierto es que el coronavirus supone para este colectivo un importante riesgo para su salud, no solo por un posible contagio, sino también por sus repercusiones en la lucha contra la malnutrición.
Y es que la alarma por el bote de COVID-19 desde el 13 de marzo ha provocado el aumento de los precios de algunos alimentos básicos, que se han llegado a duplicar en los mercados etíopes. A ello hay que sumar que el desvío de la atención sanitaria de emergencia habitual a la respuesta frente al coronavirus podría desembocar en un aumento de la malnutrición aguda, complicando aún más la ya de por sí difícil gestión de la malnutrición a gran escala en el país, así como en una propagación de otros brotes de enfermedades.
En este contexto, ACNUR y la Fundación ‘la Caixa’ no solo han apostado por mantener sus operaciones de nutrición en curso, sino que además han puesto en marcha una serie de ajustes en las actividades que se realizan en el marco del Proyecto MOM con el fin de promover la inclusión de los refugiados, un colectivo especialmente vulnerable al COVID-19 debido a sus condiciones de vida, en las medidas nacionales de preparación y respuesta, que incluyen prevención, monitoreo y tratamiento.
Falta de presupuesto
En lo referente a la asistencia alimentaria, se han enviado raciones para dos meses a todos los campos y se han suministrado raciones para tres meses de alimentos terapéuticos para la malnutrición aguda grave. Paralelamente, se mantienen las actividades previstas en materia de prevención de la desnutrición, pero ajustándolas a las nuevas necesidades surgidas a raíz del brote. Si bien se siguen suministrando raciones de alimentos al 86% del estándar en situaciones de emergencia, debido a las restricciones presupuestarias y logísticas, la cesta tendrá un acceso reducido a alimentos ricos en hierro y limitado en lo que respecta a los alimentos frescos. Todo ello podría acarrear un impacto negativo en la dieta y el estado nutricional de los refugiados.
En los campos de refugiados de Etiopía, el COVID-19 supone una emergencia dentro de la emergencia y en este contexto, ACNUR y la Fundación ‘la Caixa’ se han marcado como prioridad clave aumentar los esfuerzos para prevenir y tratar la malnutrición.