«La reforma del sistema educativo hay que tomársela en serio»
Lleva cinco años al frente de Colegios CEU. Los 10 centros educativos repartidos entre el País Vasco, Madrid, Valencia, Cataluña y Andalucía cuentan con 7.000 alumnos
LosLos centros educativos han agudizado el ingenio para superar los retos de este curso tan atípico. Los colegios, institutos y universidades no apagan sus motores y se preparan para esclarecer los interrogantes que depara el nuevo curso. Sin embargo, hay dudas que se han convertido en certezas. La digitalización ha llegado para quedarse y el sistema educativo español tiene que adaptarse a las necesidades que la pandemia ha dejado patentes. Luis Martínez-Abarca, Director del Área de Colegios CEU, explica a LA RAZÓN cómo está terminando el curso, qué novedades se esperan para septiembre y cómo los alumnos adquieren la formación más completa en los colegios CEU. –¿Cómo se ha afrontado el final del curso escolar?
–Ha dependido de las instrucciones de cada región. En el caso de Andalucía, se decidió que no hubiera incorporación presencial hasta septiembre, mientras que en Cataluña se abrieron los colegios para los alumnos que voluntariamente quisieran reincorporarse. Aunque en líneas generales se ha trabajado con dos objetivos: conseguir que todos los alumnos llevasen al día su educación y preparar la EvAU. Hay una parte del final de curso especialmente delicada, que es la evaluación y promoción de los alumnos. En este sentido, todo ha transcurrido de forma casi normal. La única diferencia ha sido aplicar instrumentos distintos a la hora de evaluar. Esto nos ha hecho desarrollar nuevos recursos que también nos permiten mejorar. –¿Esta crisis ha supuesto un punto de inflexión en el sistema educativo?
–Espero que sí. La reforma del
Arrastramos desde hace años modelos excesivamente academicistas, aunque desde distintos centros escolares nos esforzamos en desarrollar nuevos sistemas y formar en educación emocional»
sistema educativo hay que tomársela en serio. En lo que le corresponde a los centros, arrastramos desde hace años modelos excesivamente academicistas, aunque desde distintos centros, entre ellos los nuestros, nos esforzamos en desarrollar nuevos sistemas de aprendizaje e incorporar la educación emocional. Ahora la necesidad obliga y se ha podido comprobar que la digitalización y la educación a distancia producen muy buenos resultados. No obstante, está claro que la presencialidad y el papel que tiene el profesor en el aula es insustituible, pero al desarrollar la autonomía de los alumnos el profesorado puede dedicarse a incorporar nuevas funciones que enriquezcan los procesos educativos. Me gustaría que se reconociera el enorme esfuerzo que han hecho los profesores. Son los olvidados de esta crisis y se merecen un aplauso. –¿Cómo será el inicio del curso escolar?
–Estamos barajando tres escenarios. El primero es el que todos deseamos por razones sanitarias y educativas, que es la incorporación normalizada. El otro extremo es que tuviéramos que volver de la misma manera que hemos terminado, con un sistema no presencial. Y luego hay un escenario intermedio que parece más probable, en el que tengamos que hacer ajustes a la normalización educativa. Por ejemplo, agrupando de manera diferente a los alumnos, habilitando nuevos espacios y nuevos profesores, cuidando horarios de entrada y de recreo para evitar masificaciones y estando preparados para un modelo de clase híbrida. Tenemos que asegurar la presencialidad de los alumnos de infantil y de primaria porque son los que menos autonomía tienen y por la función social que ejercen los colegios para las familias. Y luego estamos desarrollando un sistema de doble presencialidad con nuestras universidades. Para ello, incorporamos pantallas que permiten la interrelación entre alumnos que están, o en otro aula, o en sus casas. Esto nos permite ser muy flexibles. –¿Todos los centros cuentan con un sistema de teleestudio eficiente?
–Me temo que no. En este sentido somos unos privilegiados, pero también hemos trabajado en ello. En Colegios CEU llevamos muchos años apostando por la digitalización, la formación del profesorado y los programas piloto de nuevos modelos de aprendizaje, de manera que tenemos los recursos, tanto los humanos como los materiales, para hacer este salto. Queremos construir en los 10 colegios una red llamada «Comunidad Académica» en la que todos los profesores puedan colaborar con el resto de sus compañeros. Sin embargo, la situación económica y social de algunos colegios no les ha permitido adaptarse y lo han pasado mucho peor. Algunas familias han tenido que seguir las clases con un móvil para dos hermanos. Por ello, hay que valorar a los profesores que han trabajado en esas condiciones. Esto supone una llamada de atención a las administraciones para saber hacia dónde tiene que mirar. –¿Qué opciones de bachillerato ofrece Colegios CEU? –Además de los bachilleratos convencionales, tenemos el bachillerato internacional. Facilita la movilidad internacional, al ser un modelo único implantado en todos los países y permite acceder a cualquier universidad del mundo. Además, es muy estable, no sufre cambios dependiendo de los gobiernos o de las situaciones de los países. Y para mí tiene un valor muy interesante, ya que favorece la autonomía de los alumnos, el pensamiento crítico, la reflexión y la creación. Puedes empezar el curso desde casa en España y terminarlo, por ejemplo, en Hungría.
La presencialidad y el papel que tiene el profesor en el aula es insustituible, pero al desarrollar la autonomía de los alumnos el profesorado puede enriquecer los procesos educativos»
Algunas familias han tenido que seguir las clases con un móvil para dos hermanos. Esto supone una llamada de atención a las administraciones para saber hacia dónde tiene que mirar»
En Colegios CEU hemos apostado por la digitalización, la formación del profesorado y los programas piloto de aprendizaje. Estábamos preparados para hacer este salto digital»