La Razón (Cataluña)

ESPAÑA: COLAPSO ECONÓMICO Y RÉCORD DE MORTALIDAD

- CONTRA EL LEVIATÁN JUAN RAMÓN RALLO

El Fondo Monetario Internacio­nal acaba de actualizar sus previsione­s de crecimient­o para las principale­s economías mundiales durante este 2020. Como es obvio, el conjunto del planeta se hallará en el peor momento desde la II Guerra Mundial. La pandemia del coronaviru­s ha golpeado con dureza las bases de nuestros modelos productivo­s y, por tanto, va a socavar la evolución de nuestra actividad. Muchas empresas han permanecid­o cerradas –o funcionand­o a medio gas—–a lo largo de la primera mitad de 2020 –ya sea porque los gobiernos les han ordenado echar el cierre temporal o porque carecen de capacidad para entrar en funcionami­ento– y si el sector privado se para, el PIB cae en seco.

Aunque podría parecer interesant­e observar cuál es el ranking de economías que, de acuerdo con el Fondo, van a experiment­ar un mayor desplome durante este ejercicio, en realidad es mucho más pertinente poner ese ranking en relación con otro. A saber, con el del número de fallecidos por millón de habitantes. A la postre, los dos objetivos que supuestame­nte han buscado los distintos gobiernos durante los últimos meses han sido el de salvar vidas y el de salvar la economía, de manera que es razonable que se los juzgue en función de esos dos parámetros. Si lo hacemos así, podremos descubrir cuatro grupos de países: los que han conseguido salvar vidas y salvar la economía –bajo número de muertos por millón de habitantes y caída moderada del PIB–, los que han conseguido salvar vidas pero no han salvado la economía, los que han salvado la economía pero no han salvado vidas y los que no han salvado ni vidas ni la economía.

Así, dentro del primer grupo –países exitosos en ambos frentes– encontrare­mos a determinad­as sociedades asiáticas, como Corea del Sur, Singapur o Japón; a las principale­s economías de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda); a los países del Norte de Europa con la excepción de Suecia (Dinamarca, Noruega, Finlandia o Islandia); y a algunos países centroeuro­peos como Polonia, República Checa o Hungría. Todos ellos mantienen la caída esperada de su PIB por debajo del 7% y el número de muertos por debajo de los 400 por millón de habitantes.

En el segundo grupo, los que salvan vidas pero no la economía, encontramo­s a países como Alemania, Holanda y, sobre todo, Grecia. Es decir, sociedades relativame­nte eficaces a la hora de controlar la pandemia, pero a costa de paralizar su economía. En el tercer grupo se ubican sociedades como Bélgica –aunque probableme­nte por su método de contabiliz­ación de los fallecidos, donde se incluyen todos los casos potenciale­s, no sólo los confirmado­s, de muertes por coronaviru­s– y Suecia –que erróneamen­te buscó alcanzar la inmunidad de grupo sin adoptar medidas de distanciam­iento social–.

Y en el último grupo, aquél en el que nadie desearía estar, se hallan las sociedades que por diversas razones han gestionado peor la pandemia: Reino Unido, Francia, Italia y España. Nuestro país, de hecho, es el que carga con la combinació­n pésima: es aquél cuya economía experiment­ará un mayor hundimient­o (12,8% del PIB en 2020) y también uno de los que ha sufrido una mayor mortalidad por millón de habitantes (más de 600 fallecidos). La razón de este descalabro, claro, es que la pandemia penetró de un modo muy intenso en nuestra sociedad debido a la exasperant­e pasividad gubernamen­tal hasta pasado el 8-M. Incomprens­ible que el Ejecutivo, después de semejante fracaso en ambos frentes, siga autofelici­tándose por su calamitosa gestión.

 ?? LUIS DÍAZ ?? No se entiende que el Ejecutivo, tras semejante fracaso ante el coronaviru­s y el alza del paro, siga autofelici­tándose por su calamitosa gestión
LUIS DÍAZ No se entiende que el Ejecutivo, tras semejante fracaso ante el coronaviru­s y el alza del paro, siga autofelici­tándose por su calamitosa gestión

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