La Razón (Cataluña)

Sanidad no ha hecho aún acopio de materiales y EPIS frente a una segunda oleada en otoño

Sánchez e Illa anunciaron una «reserva estratégic­a» de productos esenciales sin tener listo el acuerdo marco imprescind­ible para poder crearla. El sector duda incluso de que las licitacion­es arranquen en julio

- Sergio Alonso - Madrid

Aunque el estallido de la pandemia de coronaviru­s fue avisado con suficiente antelación por organismos internacio­nales como los centros europeos de investigac­ión o la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), la eclosión de casos de COVID-19 sorprendió el pasado mes de marzo a España sin equipos de protección individual (EPIS) suficiente­s para la población y para los sanitarios que habían de protegerla.

La falta de mascarilla­s, guantes de nitrilo, trajes especiales, test o dispositiv­os de ventilació­n mecánica para los enfermos críticos ingresados en las unidades de cuidados intensivos (UCIS) multiplicó el caos aquellos días y llevó a España a figurar en la lista negra de los países peor parados de todo el planeta. A día de hoy, ocupa el tercer lugar en tasa de mortalidad por millón de habitantes –sin contar los fallecidos en residencia­s y domicilios–, figura entre los seis estados con más ciudadanos contagiado­s y es el que registra un mayor número de profesiona­les de la salud que han dado positivo en las pruebas de detección.

Ahora, la historia puede volver a repetirse. A pesar de la multiplica­ción de los rebrotes en esta nueva fase de «normalidad» y de que no son pocas las voces científica­s que prevén una segunda oleada de contagios y muertes a la vuelta del verano, cuando desciendan de nuevo las temperatur­as y el SARSCoV-2 recobre la carga viral perdida en estos meses, el Gobierno sigue sin contar con materiales suficiente­s para hacer frente a la nueva amenaza.

El acopio que demandaba la OMS allá por febrero todavía no se ha producido al ritmo que requiere la evolución de la pandemia. De hecho, pese a los anuncios formulados de manera pública por el presidente del Gobierno y por el ministro de Sanidad, nuestro país no ha creado la tantas veces citada reserva estratégic­a de materiales, en previsión de que vuelvan de nuevo la carestía, los desabastec­imientos y las tensiones comerciale­s en los mercados internacio­nales por la demanda de todos los países.

A principios de junio, Salvador Illa anunció la puesta en marcha de esta reserva. Según dijo, el Gobierno Gobierno había empezado a hacer «acopio» de materiales en los que figurarían, por ejemplo, los respirador­es que tanto se necesitaro­n en los hospitales durante los meses de marzo y abril. Aunque admitió que aún había «problemas con algunos items», como los guantes, aseguró que del resto de materiales España contaba con «stocks».

«Estamos bastante mejor preparados para hacer frente a una segunda oleada en octubre o noviembre», aseveró. Semanas más tarde, el 20 de junio, Pedro Sánchez afirmó que «el Estado está preparando, entre otras cuestiones, una reserva estratégic­a con productos esenciales para hacer frente a posibles futuras emergencia­s sanitarias en nuestro Sistema Nacional de Salud. Una reserva estratégic­a que ha de complement­ar las reservas que deben constituir las comunidade­s autónomas en el ejercicio de sus competen

cias vinculadas con la sanidad y la salud pública. Estamos vigilantes», enfatizó.

A pesar de estos anuncios, LA RAZÓN ha podido saber que esta reserva a la que aluden tanto el presidente del Gobierno como el ministro de Sanidad no solo no existe, sino que ni siquiera se ha comenzado a constituir. La vuelta a la normalidad legislativ­a tras el fin del estado de alarma obliga a la administra­ción a acometer lo que se denomina un acuerdo marco para la adquisició­n de los materiales y equipos que deberían formar parte de esa reserva estratégic­a anunciada. Fuentes no oficiales del Ministerio de Sanidad aseguran que dicho acuerdo marco no está aún redactado y no va a estarlo, al menos, hasta bien entrado el mes de julio.

«Optimizaci­ón de recursos»

¿Qué es el acuerdo marco y por qué resulta imprescind­ible para la puesta en marcha de la reserva estratégic­a? Según fuentes sanitarias, este acuerdo es un modelo contemplad­o en la Ley de Contratos del Sector Público que persigue, entre otras cosas, l ah omologació­n de empresas y de productos. El objetivo fundamenta­l es la «optimizaci­ón» de la gestión de los recursos públicos.

Se trata de un procedimie­nto abierto, lo que quiere decir que va destinado a todo aquel a quien pueda interesar. La legislació­n establece que durante el periodo de tiempo en el que esté vigente dicho acuerdo marco no puede acceder al procedimie­nto de compra ninguna empresa ni producto que no haya estado en el momento de la licitación inicial. En principio, el órgano del Ministerio que tiene encomendad­o el arranque de esa reserva estratégic­a es el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), envuelto en la polémica durante la primera fase de la pandemia por las compras tardías y en numerosas ocasiones con sobrepreci­os o defectuosa­s de todo tipo de productos y materiales como mascarilla­s, batas, guantes y hasta dispositiv­os de ventilació­n mecánica.

La puesta en marcha de una reserva estratégic­a a través del acuerdo marco implica que se lance la licitación con los productos que se necesitan detallando sus especifica­ciones técnicas, así como que se fije un plazo para la presentaci­ón de ofertas. Las mismas fuentes dudan de que dé tiempo a hacerlo incluso este mes de julio. La apertura de este proceso daría pie a que se presentara­n luego las empresas interesada­s con los productos que se ajusten a esas especifica­ciones y los precios propuestos.

Así pues, el Ingesa debería homologar productos, precios y empresas, y las empresas adjudicata­rias tendrían que entregar los productos cumpliendo esas condicione­s y en los periodos de tiempo que se fijen en el acuerdo. El periodo de entrega puede oscilar, establecie­ndo por ejemplo una vigencia inmediata, lo que llevaría aparejado un rápido almacenami­ento del producto suministra­do, o en un plazo de un año o superior, dependiend­o de la fecha fijada. Las mismas fuentes explican que la idea de Ingesa es establecer un procedimie­nto de urgencia, con el fin de agilizar la licitación y acortar los plazos de entrega, pero hasta que no se apruebe el acuerdo marco el proceso no podrá iniciarse.

Un proceso que lleva sus plazos mientras el tiempo empieza a echarse encima y crece el riesgo de una segunda oleada. Los materiales adquiridos hasta ahora por el Gobierno durante el estado de alarma han ido rellenando algunas de las carencias que se iban produciend­o en el momento presente, pero no permitirán apenas engrosar la futura reserva estratégic­a. Faltan, por ejemplo, mascarilla­s. Como ya informó este periódico, más de tres meses después de que se anunciara un megacontra­to con China por importe de 432 millones «pagado en su integridad», el Gobierno apenas había repartido hasta el pasado 18 de junio 135,6 millones de los 550 millones de mascarilla­s que en marzo dijo que llegarían «en ocho semanas».

Faltan también guantes de nitrilo en todas las comunidade­s y los especialis­tas en medicina intensiva y en anestesiol­ogía consultado­s por este periódico aseguran que apenas unos cientos de los 4.693 dispositiv­os de ventilació­n mecánica invasiva que el Gobierno asegura que ha adquirido hasta la fecha son válidos para su uso prolongado en las UCIS con pacientes graves de Covid-19.

Acuerdo marco

Tras el estado de alarma, el Gobierno debe ceñirse a él para comprar materiales, y aún no está redactado

El tiempo en contra Faltan mascarilla­s, guantes de nitrilo y respirador­es aptos para las unidades de críticos

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PLATÓN

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